Corrientes oceánicas del Ártico
El Océano Ártico se encuentra encajado entre las masas continentales de Asia y América del Norte, por lo que la circulación marina se concentra en el único tramo «abierto» entre Groenlandia y las islas Svalbard, donde entra en contacto con las aguas el Atlántico Norte.
En cambio, la cantidad de agua que penetra en el Ártico a través del Estrecho de Bering, impulsada por la corriente giratoria del Mar de Bering, es limitada y superficial. Las aportaciones atlánticas son hasta 200 veces más voluminosas. Además, se producen en un rango de profundidad que va de los 500 a los 2.000 metros por debajo de la superficie oceánica.
Los dos principales canales por donde se produce esta circulación se encuentran a ambos lados de la isla de Groenlandia (Corriente de Labrador y Corriente de Groenlandia Oriental) o bien en aguas situadas al sur de Svalbard (Corriente de Noruega).
Las aguas del Atlántico, más saladas y cálidas, se sumergen bajo las aguas polares árticas. Esto sucede en una frontera hidrológica móvil y difuminada conocida como Frente Polar. El movimiento opuesto, de salida de agua desde el ártico al Atlántico, tiene lugar más cerca de la superficie.
Corriente de Groenlandia Oriental
Esta corriente transporta las aguas frías de la costa oriental de Groenlandia hacia el sur a una velocidad que oscila entre 1 y 2 kilómetros por hora.
Al sur de Groenlandia cambia de dirección y fluye hacia el norte, bordeando el litoral occidental groenlandés y adentrándose en la Bahía de Baffin. Desde allí toma el nombre de Corriente del Labrador, girando para dirigirse al sur por el Mar del Labrador a lo largo de la costa este de Canadá hasta Terranova.
A la altura de Nueva Escocia, esta corriente fría se encuentra con la cálida Corriente del Golfo que fluye desde el sur. La Corriente del Labrador suele transportar icebergs hacia el sur, lo cual supone un obstáculo para la navegación.
Corriente de Noruega
Esta corriente, llamada también «corriente costera noruega». Fluye en dirección noreste, desde las costas de Escocia, bordeando el límite septentrional del Mar del Norte y bañando todo el litoral noruego de la Península Escandinava hasta alcanzar el Mar de Barents.
Es una corriente fría (su temperatura oscila entre los 2º C y los 5º C), poco salina y relativamente superficial, ya que se desplaza a una profundidad de entre 50 y 100 metros a una velocidad aproximada de 1 kilómetro por hora.
La baja salinidad se explica por el hecho de que la mayor parte de sus aguas provienen del Mar Báltico, uno de los mares menos salados del planeta. Estas aguas fluyen hacia el Mar del Norte a través del paso de Skagerrak y alcanzan el norte de las Islas Británicas, donde se origina el flujo oceánico impulsado por la Corriente del Atlántico Norte.
Las aguas de la Corriente de Noruega van a parar a las costas de la lejana Siberia y el archipiélago ártico canadiense,donde se origina la Corriente de Groenlandia Oriental.