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El Tíbet

Publicado por Daniel Terrasa

El Tíbet es una región en el este de Asia que cubre gran parte de la meseta tibetana y se extiende sobre un área de 2.500.000 km². Su elevación promedio es de 4.380 metros sobre el nivel del mar, lo que la convierte en una de las regiones habitadas más altas del planeta.

Antecedentes históricos y patrimonio cultural

Tibet ha sido una región de gran importancia cultural y religiosa durante siglos. Antes de formar parte de China, el Tíbet era gobernado por una teocracia budista encabezada por el Dalái Lama. La riqueza de su patrimonio cultural es evidente en las tradiciones artísticas, arquitectónicas y literarias, profundamente arraigadas en el budismo tibetano. Monasterios como el Potala en Lhasa son testimonios de su vigorosa historia y espiritualidad.

Desde la década de los años 50 del siglo XX el Tíbet forma parte de China y desde 1965 tiene la categoría de provincia bajo el nombre de región autónoma de Xizang. Limita al sur  al suroeste con India, Bután, Nepal y Bangaldesh y al norte y al noreste con las provincias chinas de Xinjiang, Qinghai, Sichuan y Yunnan.

Geografía física

En el Tíbet se encuentran algunas de las montañas más altas del mundo. En la frontera con Nepal se levanta el Monte Everest, el pico más alto de la Tierra con 8.848,86 metros. Una de las montañas más importantes es el Kailash (6.638 m), considerado un lugar sagrado tanto para los hindúes como para los tibetanos.

Varios de los ríos más importantes de Asia tienen su origen en la meseta tibetana: el Yangtsé, el río Amarillo, el Indo, el Mekong, el Ganges y el Brahmaputra, entre muchos otros. Este último dibuja en la región del Tíbet  el Yarlung Tsangpo uno de los cañones fluviales más profundos y largos del mundo.

En el Tíbet hay también numerosos lagos de gran altitud como el lago Qinghai (el más grande de China) o los lagos Manasarovar, Namtso, Pangong Tso, Yamdrok o Chamling, entre otros.

Biodiversidad y ecosistemas

La meseta tibetana es hogar de ecosistemas diversos que albergan especies endémicas como el pica del Tíbet y el yak silvestre. Estos animales han desarrollado adaptaciones para sobrevivir en altitudes extremas. Áreas protegidas, como la Reserva Natural de Qomolangma, se dedican a la conservación de la biodiversidad local, destacándose por preservar los hábitats únicos y sus especies.

El clima tibetano es muy seco nueve meses al año. Las nevadas se concentran en los meses invernales, llegando a bloquear los pasos de montaña de la mitad oriental del país. Las bajas temperaturas, la altitud y la insolación impiden que exista una cubierta de vegetación desarrollada.

Las especies más destacadas de la fauna del Tíbet son el oso negro, el panda rojo, el ciervo almizclero, el macaco rhesus, el antílope tibetano y el leopardo de las nieves, actualmente en peligro de extinción.

Geografía humana

Se estima que el Tíbet cuenta en la actualidad con unos 3,6 millones de habitantes. Su índice de densidad demográfica en muy bajo, apenas 2 personas por km². La capital Lhasa (en la imagen) es la ciudad más grande, con unos 900.000 habitantes.

Aproximadamente el 90% de la población pertenece a la etnia tibetana, mientras que los han originarios de otras regiones de China después de la ocupación del país en los años 50, suponen el 8%. El budismo es la religión predominante.

Cultura y tradiciones tibetanas

Las tradiciones tibetanas incluyen festivales vibrantes como Losar, el Año Nuevo tibetano, que se celebra con música, danzas y rituales religiosos. La lengua tibetana, con sus escritos ancestrales, sigue siendo fundamental para la identidad cultural. Mantener estas tradiciones es clave para los tibetanos frente a los cambios socioeconómicos actuales.

En cuanto a la economía, históricamente los tibetanos han practicado la agricultura y la ganadería como único medio de vida. Sin embargo, a raíz de la reforma económica china en los ños 80, el modelo económico se ha diversificado. En la actualidad el sector servicios aporta más de la mitad del PIB, superando a la industria y al sector primario.

Recientemente, el gobierno ha impulsado proyectos de energía renovable en la región, particularmente energía solar y eólica, debido al abundante recurso de luz solar y viento. Estos proyectos buscan diversificar la economía local y mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales, respetando al mismo tiempo el entorno natural.

La futura explotación de las riquezas natural del subsuelo auguran un fuerte impulso al sector industrial. Los factores que frenan este desarrollo son la compleja topografía, la baja densidad de población y la ausencia de infraestructuras desarrolladas.