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La Gran Muralla Verde de China

Publicado por Daniel Terrasa

La Gran Muralla Verde de China es el nombre con el que se conoce popularmente al Programa de Cinturón de Protección de los Tres Nortes, un ambicioso proyecto de ingeniería con fines ecológicos iniciado en el año 1978 y cuya finalización está prevista para el 2050.

El concepto «Tres Nortes» se refiere a que abarca las tres regiones más septentrionales del país, mientras que el nombre de Gran Muralla Verde es una referencia a la famosa Gran Muralla, el colosal monumento histórico de China.

El objetivo principal de la Gran Muralla Verde es el de detener el avance del Desierto del Gobi hacia el sur y frenar la desertificación de extensas áreas en el interior y norte del país. Este proceso, además de a pérdida de cerca de 3.600 kilómetros cuadrados de terrenos cultivables, tiene como consecuencia el aumento en frecuencia e intensidad de las tormentas de arena. Estas no solamente afectan a los cultivos del norte de China, sino también a los de otros países cercanos como Japón, Corea del Norte y Corea del Sur.

La construcción de este muro vegetal se basa en la reforestación de zonas áridas a base de árboles y arbustos especialmente resistentes a estas condiciones ambientales. Para 2050 se estima que la masa forestal china haya pasado del 5% al 15%.

Además, esta vegetación está dispuesta siguiendo un patrón cuadriculado, emulando las casillas de un tablero de ajedrez, a fin de impedir la formación y el avance de las dunas de arena. Los arbustos bajos y la grava actúan como barrera para la arena, mientras que los árboles actúan como cortavientos para detener las tormentas de polvo que tanto perjudican a las zonas cultivadas.

Avances y problemas derivados

Actualmente, la «construcción» de la Gran Muralla Verde de China se encuentra en una fase avanzada. Su longitud de este a oeste es de unos 4.500 kilómetros, con una superficie reforestada de más de 500.000 kilómetros cuadrados. Estos datos hacen de este el bosque artificial más grande del mundo.

A pesar del innegable éxito del proyecto, hay algunos problemas que la Gran Muralla Verde no ha podido resolver y otros que han surgido a raíz de su desarrollo. Por una parte, la reforestación masiva ha disminuido las reservas de los acuíferos y del agua subterránea de ciertas zonas; por otra parte, la aparición de nuevas masas forestales ha introducido un factor de desequilibrio en los ecosistemas del norte del país.

Los nuevos bosques de la Gran Muralla Verde son generalmente de tipo monocultivo. Esto tiene como ventaja una mayor eficacia a la hora de absorber dióxido de carbono de la atmósfera, aunque como contrapartida no resultan atractivos para que nuevas especies de aves se asienten en ellos.