Estrecho de Ormuz
El Estrecho de Ormuz (a veces también escrito como «Hormuz») es un estrecho situado entre el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán, en aguas del Océano Índico. Es el único paso marítimo que conecta la región del Golfo con el océano abierto y por eso es uno de los puntos estratégicos (choke points) más importantes del mundo.
El estrecho tiene aproximadamente 167 kilómetros de longitud y una anchura que oscila entre 39 y 96 kilómetros. La profundidad media de este paso marítimo es de 80 metros, aunque en su punto más profundo alcanza los 200 metros. Es interesante mencionar que, a pesar de su profundidad relativamente modesta, el Estrecho de Ormuz es capaz de acomodar los buques de mayor calado, incluyendo los superpetroleros que son vitales para el transporte de petróleo crudo.
En el estrecho hay una serie de islas cercanas deshabitadas frente a la costa iraní (Qeshm, Hengam, Larak y Ormuz) que suponen un obstáculo adicional para la navegación, restringiendo aún más la anchura practicable del estrecho.
Otro grupo insular situado al oeste (islas de Tunb as Sughra, Tunb al Kubra y Abu Musa) son objeto de disputa entre los Emiratos Árabes Unidos, que reclaman su soberanía, e Irán, que mantiene una ocupación de facto sobre estos territorios.
El nombre del estrecho deriva al parecer del Reino de Ormus, que dominó la región durante la época medieval. Este reino, que floreció entre los siglos X y XVII, fue un importante centro de comercio y cultura en la región, y su influencia se extendió a lo largo de la costa del Golfo Pérsico y más allá.
Hay tres países que controlan el acceso al Estrecho de Ormuz: Irán desde la costa norte y Emiratos Árabes Unidos y Omán desde la costa sur, este último estado a través del enclave de Musandam.
Navegación por el Estrecho de Ormuz
A fin de reducir el riesgo de colisión, los barcos que navegan por el Estrecho de Ormuz siguen unas rutas previamente trazadas de «entrada» y «salida» al Golfo Pérsico. Estas rutas están separadas por un carril de unas dos millas marinas de anchura. Estas rutas son esenciales para mantener un flujo seguro y eficiente de barcos a través del estrecho, especialmente dado el alto volumen de tráfico marítimo.
Los barcos deben atravesar las aguas territoriales de Irán y Omán. Ambos países han ido expandiendo el límite de sus respectivas aguas territoriales en el estrecho hasta hacer desaparecer totalmente las aguas internacionales. Este hecho ha sido motivo de quejas por parte de muchos estados.
Y es que la importancia del tráfico por el Estrecho de Ormuz para la economía mundial es notable: un tercio del gas natural licuado del mundo y casi el 25% del consumo mundial total de petróleo pasa por el estrecho. Además, es un punto de tránsito crucial para la exportación de productos petroquímicos y otros bienes de los países del Golfo Pérsico.
El principal puerto del Estrecho de Ormuz es el de Bandar Abbas, en Irán. Este puerto, que es uno de los más grandes y más activos de la región, juega un papel crucial en el comercio y la economía de Irán, y es un punto de tránsito importante para las exportaciones de petróleo y gas del país.
Conflictos y amenazas
Por los motivos expuestos en los párrafos anteriores, se deduce que el Estrecho de Ormuz es un «punto caliente» en el panorama geoestratégico mundial. Hasta hoy, la mayoría de incidentes en la zona han sido protagonizados por las flotas militares de Irán y de Estados Unidos (como la llamada «guerra de los petroleros de 1987»), aunque en ocasiones han involucrado también a embarcaciones mercantes de otros países.
Irán ha amenazado con cerrar el Estrecho de Ormuz en múltiples ocasiones, siempre como respuesta a las sanciones económicas impuestas por la comunidad internacional a instancias de Estados Unidos. Un eventual bloqueo de este paso tendría una repercusión económica muy negativa a nivel mundial, aunque también supondría un daño económico muy grave para los propios iraníes.
Desde el año 2012 se están estudiando alternativas ante el posible cierre del Estrecho de Ormuz. Una de ellas contempla la construcción de un oleoducto gigante que conectara las costas del Golfo Pérsico y el Mar Rojo a través de Arabia Saudí. Otra opción sería la construcción de un canal a través de la península de Qatar, aunque esta opción es menos probable debido a las dificultades técnicas y los costos asociados.
En cualquier caso, la importancia estratégica del Estrecho de Ormuz no puede ser subestimada. Su papel como una de las rutas marítimas más importantes del mundo, y su ubicación en una región de gran inestabilidad política, garantizan que seguirá siendo un punto focal de la geopolítica mundial en el futuro previsible.