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Golfo Pérsico

Publicado por Daniel Terrasa

El Golfo Pérsico es una extensión del Océano Índico hacia el noroeste. Forma un brazo de mar de casi 1.000 kilómetros de longitud y una anchura máxima de 300 kilómetros entre la costa oriental de la Península Arábiga y las costas de Irán.

La extensión del Golfo Pérsico es de 233.000 kilómetros y su profundidad media es de apenas 30 metros, alcanzando un máximo de 102 metros en su zona central-oriental.

El Golfo Pérsico está conectado por el sureste con el Mar Arábigo, es decir, con el Índico, por el Estrecho de Ormuz, de 55 kilómetros de anchura.

La salinidad del Golfo Pérsico es muy elevada (50-100 gramos de sal por litro) debido a sus características físicas propias de un mar cerrado con escasas entradas de agua dulce y un elevado índice de evaporación.

Sus aguas bañan las costas de ocho países: Arabia Saudita, Bahrein, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Irán, Kuwait y Omán.

Aunque en Occidente este mar es conocido como Golfo Pérsico entre los países árabes es simplemente llamado «el Golfo». Otro nombre que se utiliza es Golfo de Irán.

Hidrología

Las escasas entradas de agua dulce del Golfo Pérsico provienen principalmente de los ríos Tigris, Éufrates y Karun, que desembocan en el extremo norte, justo en la frontera entre Irak e Irán. Las altas temperaturas de la región reducen todavía más estos aportes. Este hecho, unido a la fuerte insolación y la consecuente alta evaporación, da como resultado una salinidad muy elevada, sobre todo en la mitad sur del golfo.

El rango de las mareas es variable. Las costas de Qatar son las que registran mareas más pronunciadas (entre 3 y 4 metros). Las corrientes penetran desde el Estrecho de Ormuz hacia el norte, aunque el viento suele soplar en dirección sur haciendo cambiarlas de dirección en la superficie.

A excepción de la zona de Ormuz, el oleaje es muy moderado y las tormentas marinas son raras en el Golfo Pérsico, lo cual facilita la navegación.

Aspectos económicos

Hasta el descubrimiento de petróleo en Irán en 1908, la única riqueza económica que proporcionaban las aguas del Golfo Pérsico eran la pesca y la captura de perlas en los arrecifes costeros.

Actualmente los estados ribereños del Golfo copan un importante porcentaje de la producción mundial de petróleo y bajo su lecho marino se encuentran aproximadamente dos tercios de las reservas de petróleo estimadas del mundo y un tercio de las reservas de gas natural del planeta.

Como consecuencia de contener esta riqueza de recursos, la región ha adquirido una importancia estratégica considerable para los países industrializados del resto del mundo. La exploración se ha mantenido activa, y continuamente se descubren nuevas reservas, tanto en tierra como en alta mar. El control de estas reservas ha dado lugar a numerosas disputas entre los estados sobre los límites territoriales exactos y ha sido al menos parcialmente responsable de los principales conflictos en la región: la Guerra Irán-Irak de la década de 1980, la Guerra del Golfo Pérsico a principios de la década de los 90 y la Guerra de Irak de principios del siglo XXI.