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Macizo Etíope

Publicado por Daniel Terrasa

El Macizo Etíope, también conocido como las Tierras Altas de Etiopía, es una masa escarpada de montañas que se extiende por el noreste de África. La mayor parte de este conjunto orográfico se encuentra por encima de la cota de los 1.500 metros sobre el nivel del mar, con elevaciones máximas que superan los 4.500 metros. Por este motivo se le llama también el «Techo de África».

La mayor parte del Macizo Etíope se extiende por el  centro y el norte de este país, aunque su sección más septentrional llega hasta Eritrea.

Las Tierras Altas de Etiopía comenzaron a elevarse hace 75 millones de años, pero no alcanzaron su configuración actual hasta después de la apertura del Gran Valle del Rift, que entre otras cosas dio lugar a la formación del Mar Rojo y a la separación de África y Asia.

Nuevos estudios geológicos han revelado características fascinantes del Macizo Etíope. Investigaciones recientes se centran en el impacto de la actividad tectónica en la elevación continua de la región. Estos estudios sugieren que la región no solo sigue siendo geológicamente activa, sino que también ofrece insights valiosos sobre la formación de otras estructuras similares a nivel mundial.

Secciones del Macizo Etíope

En la actualidad el Macizo Etíope se divide en dos grandes áreas, separadas a su vez por la cadena de lagos salados del Rift:

  • La mitad noroccidental se extiende por las regiones de Tigray y Amhara. Allí se levantan las Montañas Semien, englobadas dentro de un Parque Nacional dl mismo nombre. Su máxima elevación, Ras Dashen (4.550 m, en la imagen de arriba), es el pico más alto de Etiopía. También el lago Tana, donde se origina el Nilo Azul, se localiza en este segmento de macizo.
  • La sección suroriental se extiende por la región de Oromia y cuenta con grandes cordilleras como las montañas Bale, las cuales son casi tan altas como las de Semien. Sus picos más importantes son el monte Tullu Demtu (4337 m),  la segunda montaña más alta del país, y el Batu (4307 m).

Flora y fauna

EL macizo Etíope comparte una flora y una fauna similares a las de otras regiones montañosas de África, aunque los hábitats difieren sensiblemente en cada uno de lados del Gran Valle del Rift que divide la región.

En elevaciones más bajas se extienden sabanas y pastizales tropicales, mientras que en el rango de elevación que va desde los 1.000 a los 1.800 metros predominan bosques de coníferas donde abundan las especies arbustivas, muchas de ellas endémicas. El Bosque de Harenna es el único bosque húmedo de la zona. Por último, por encima de los 1.800 metros la vegetación se limita a pastos de montaña, con ausencia casi total de árboles. Se considera a esta la región afroalpina más grande del continente.

Los esfuerzos de conservación en el Macizo Etíope son cruciales para proteger su biodiversidad única. Programas locales e internacionales han ayudado a preservar especies en peligro como la cabra walia y el lobo etíope, mediante la creación de reservas naturales y el fortalecimiento de leyes ambientales. Estas iniciativas buscan asegurar un hábitat sostenible para las especies autóctonas.

Algunas de las especies animales más representativas del Macizo Etíope son la cabra montesa walia (en la imagen), amenazada de extinción, el balbok o antílope de montaña, y el babuino gelada, llamado también babuino de corazón sangrante por el pelaje rojo de su pecho.

Otros endemismos destacados con el lobo etíope y varias especies de aves. La región cuenta también con la presencia de águilas, cigüeñas, leones, patos, musarañas, osos hormigueros, cerdos salvajes y leopardos.

El Macizo Etíope es más que una maravilla natural; es un bastión cultural. Muchas comunidades locales han vivido en estas tierras durante milenios, como se evidencia en descubrimientos arqueológicos que revelan antiguas civilizaciones. Esta región, por tanto, no solo es crucial por su geografía, sino también por su historia humana rica y diversa.

Las condiciones climáticas en las Tierras Altas de Etiopía, con sus lluvias estacionales y temperaturas variables, impactan significativamente la agricultura local. Cultivos autóctonos se adaptan a estos patrones climáticos, proporcionando sustento a las comunidades y manteniendo el equilibrio ecológico en la región.

El turismo juega un papel vital en la economía de las Tierras Altas de Etiopía. Parques nacionales como el de las Montañas Semien atraen a visitantes de todo el mundo, interesados en explorar su paisaje impresionante y su biodiversidad. Esta actividad turística no solo genera ingresos, sino que también promueve la conservación de este patrimonio natural.