La desertificación
Se conoce con el nombre de desertificación al proceso de degradación del suelo en tierras áridas. Este proceso puede deberse bien a causas naturales o bien a consecuencia de las actividades humanas. La existencia de desiertos forma parte de la evolución geológica del planeta, aunque en los últimos siglos su expansión se ha visto acelerada por el ser humano de diversos modos, como el uso inadecuado de la tierra, la deforestación y el cambio climático de origen antrópico.
La definición más aceptada del concepto desertificación fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas: «La degradación de la tierra en las regiones áridas, semiáridas y secas como resultado de varios factores, incluidas las variaciones climáticas y la actividad humana».
La inmensa mayoría de los desiertos que existen actualmente en el mundo han sido generados de forma natural a causa de diferentes procesos geológicos y climáticos. Las áreas desérticas, junto a las consideradas solamente como regiones áridas o secas, suponen cerca del 40% del total de las tierras continentales. En ellas habitan cerca de 2.000 millones de personas.
La expansión de los desiertos
En el último siglo, los científicos han constatado un lento e inexorable avance de los desiertos en diversas regiones del mundo. El continente donde más se ha evidenciado este proceso es África, donde se calcula que se han perdido unos 650.000 kilómetros de tierras cultivables en las últimas cinco décadas.
Por ejemplo, el Desierto del Sáhara se ha expandido hacia el sur, «conquistando» las tierras de la región del Sahel, degradando la calidad del suelo y haciendo retroceder la cubierta vegetal a lo largo de cientos de kilómetros. Una de las consecuencias más dramáticas de este proceso es la progresiva desaparición del Lago Chad.
Otro desierto que está experimentando una expansión muy rápida es el Desierto del Gobi. Este proceso va acompañado de la desaparición de tierras cultivables y de pastoreo en Mongolia y el norte de China. También America del Sur es un continente especialmente amenazado por la desertificación. Una cuarta parte de su territorio está considerado como tierras secas, cuyo porcentaje aumenta paulatinamente año tras año.
Efectos de la desertización
Las consecuencias de la desertificación se dejan notar tanto en la geografía física como en la humana de los territorios afectados:
- Desaparición de la cubierta vegetal, que tiene como consecuencia el siguiente punto.
- Reducción de la superficie cultivable, que va ligado a la escasez de alimentos y a las hambrunas.
- Movimientos migratorios y conflictos armados, derivados de lo anterior.
En suma, se puede afirmar que la desertificación genera pobreza e inestabilidad política en las regiones afectadas, si bien las consecuencias se dejan sentir a nivel global.
Medidas contra la desertificación
Tanto estados como organizaciones internacionales han puesto en marcha medidas para luchar contra la desertificación y sus efectos negativos, con mayor o menor éxito. Estas iniciativas consisten principalmente en:
- Reforestación masiva, como los proyectos de la Muralla Verde del Sahel o el Muro Verde de China.
- Recuperación de suelos mediante sistemas de fertilización, irrigación artificial y bioingeniería.