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Banquisa polar

Publicado por Daniel Terrasa

La banquisa polar es el nombre que recibe el hielo marino, que se produce al congelarse el agua de mar en las regiones polares. Como el hielo tiene menor densidad que el agua, termina flotando sobre la superficie del océano. Se estima que la banquisa constituye alrededor del 12% de la superficie de los océanos del mundo.

Tanto en el océano Ártico como en el Antártico, las banquisas tienen un ciclo anual de expansión y regresión de ritmo estacional. El hielo marino, a causa de las corrientes, los cambios de temperatura y los vientos, es muy dinámico.

El espesor medio de las banquisas polares oscila entre 1 y 5 metros, siendo mayor cuanto más cerca de los polos se halle (en el caso de la Antártida, cuanto más cerca de las costas continentales se encuentre). De manera excepcional se han podido registrar espesores de hasta 20 metros en algunas partes del Ártico.

Las dos banquisas, que ocupan una parte considerable del océano terrestre, se localizan alrededor de los polos, en los extremos norte y sur del planeta:

  • La banquisa antártica. Durante el verano austral (meses de enero-febrero) desaparece casi por completo para volverse a formar en el invierno. Entonces, su extensión es similar a la del continente antártico al que rodea. Su máxima extensión se da en septiembre (cerca de 18,8 millones de km²), mientras que en el mes de marzo es de unos 2,6 millones de km².
  • La banquisa ártica tiene una continuidad mayor, dejando libre de hielos las aguas próximas a los continentes en verano para volver a bloquearlas en invierno. Su extensión máxima la alcanza en marzo (aproximadamente 15 millones de km²) y la mínima en septiembre, con 6,5 millones de km².

Durante los periodos estacionales de regresión, las banquisas no solo reducen su tamaño, sino que se rompen dando lugar a icebergs, muy peligrosos para la navegación.

En las últimas décadas, se ha venido registrando una paulatina reducción del tamaño y la extensión de las banquisas polares. En el caso del Ártico, esta se ha reducido a la mínima expresión (ver imagen superior), dejando libre una gran extensión navegable para embarcaciones convencionales. De este modo, la llamada Ruta del Ártico o Ruta Marítima del Norte ha adquirido una mayor relevancia dentro del tráfico marítimo mundial.

El deshielo de las banquisas de los océanos polares es una consecuencia del calentamiento global. A su vez, este proceso de reducción de las banquisas afecta a su vez a la climatología general del planeta y a la biodiversidad, puesto que empeora las condiciones de vida de numerosas especies animales que habitan estas regiones.