Geografía de Laponia
Laponia es la región natural más septentrional de la Europa continental. Tiene una tamaño aproximado de 340.000 kilómetros cuadrados y se extiende a lo largo de cuatro países: Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia.
Los límites geográficos de Laponia son: el Mar de Noruega por el oeste, el Mar de Barents por el este y el Océano Ártico por el norte. El límite meridional comúnmente aceptado es el Círculo Polar Ártico, aunque también se consideran parte del territorio lapón las costas del Golfo de Botnia, en el Mar Báltico, que quedan por debajo de esta línea.
Geografía física
El litoral occidental de Laponia está marcado por la presencia de grandes fiordos y grupos de islas cerca de la costa. En cambio, al este del Cabo Norte, el litoral oriental es más rectilínea, formando el perfil de la Península de Kola. El tramo litoral del Báltico es llano y arenoso.
El relieve de Laponia se divide en dos grandes zonas: una región montañosa al oeste, en las estribaciones de los Alpes Escandinavos; una región llana al este, en la meseta de Kola. La máxima altura es el Monte Kebnekaise (2.111 m), en territorio sueco.
En la primera fluyen numerosos ríos desde la cordillera hacia el Báltico, en dirección sur y sureste; la segunda se caracteriza por la presencia de numerosos lagos, entre los cuales destaca el Lago Inari, en Finlandia.
El clima de Laponia es de tipo subártico. En la mitad sur abundan los bosques, mientras que en el norte predomina el paisaje de tundra. Este clima subártico es caracterizado por inviernos largos y fríos, y veranos cortos pero relativamente cálidos. La temperatura puede variar drásticamente, desde -40°C en invierno hasta 30°C en verano.
Geografía humana
Se estima que en la población de Laponia repartida entre los cuatro países es de unos 2,5 millones de habitantes. La ciudad más grande es Murmansk, en Rusia, con 300.000 habitantes, seguida de Lulea en Suecia (75.000 hab.), Tromso en Noruega (70.000 hab.) y Rovaniemi en Finlandia (65.000 hab).
El pueblo Sami, etnia autóctona de Laponia (en la imagen), no es el grupo más numeroso. Se estima que su población es de unas 100.000 personas, de las cuales cerca de la mitad se concentran en la zona finlandesa. Le superan en número los rusos (900.000 hab.), noruegos (800.000 hab.) y suecos (700.000 hab).
Junto a los idiomas propios de cada país (noruego, sueco y finés), la lengua sami es ampliamente hablada en toda la región, excepto en la parte rusa, donde prácticamente ha desaparecido. Allí, en la región de Murmansk, se habla un dialecto del ruso conocido como russenorsk.
La economía de Laponia ha estado históricamente ligada a las formas de vidas tradicionales, con la caza y la pesca como actividades principales. Los principales puertos pesqueros del Mar de Noruega y el Mar de Barents están libres de hielo durante buena parte del año y permiten el desarrollo de las actividades pesqueras. Además, la cría de renos es una actividad tradicional importante en la región, especialmente para el pueblo Sami.
Además, la región cuenta con importantes recursos naturales: hay petróleo y gas natural bajo el lecho marino de las costas occidentales, así como depósitos de hierro y cobre en la Laponia occidental, además de yacimientos de níquel en la Laponia rusa. Las duras condiciones climáticas de la región son el principal obstáculo para la explotación de esta riqueza. Sin embargo, la tecnología moderna ha permitido la explotación de estos recursos de manera más eficiente y sostenible.
En los últimos años, el turismo ha cobrado una importancia creciente en la economía de Laponia. La belleza natural de la región, con sus paisajes árticos, la posibilidad de ver la aurora boreal y la cultura única del pueblo Sami, atraen a visitantes de todo el mundo. Además, la región es famosa por ser el hogar de Santa Claus, lo que atrae a muchos turistas durante la temporada navideña.