Zonas muertas de los océanos
Las regiones oceánicas hipóxicas (es decir, donde hay poca cantidad de oxígeno) son conocidas con el nombre de «zonas muertas», ya que esta peculiaridad hace que la vida marina en ellas sea escasa o directamente inexistente.
El proceso por el cual una masa marina pasa a ser una zona muerta se denomina eutrofización. Este proceso consiste en una disminución progresiva del nivel de oxígeno en el agua y un aumento en paralelo de los niveles de nitrógeno y fósforo.
También existen zonas muertas en lagos y ríos, aunque por razones obvias suelen ser más extensas las de los mares y océanos.
Aunque las zonas muertas pueden generarse de forma natural, en el último siglo su número y extensión se ha multiplicado a causa de la acción humana (principalmente a causa de la contaminación), especialmente en zonas cercanas a grandes áreas habitadas.
Entre los principales efectos de la hipoxia en los océanos hay que destacar la progresiva desaparición de formas de vida. Los peces y otros animales marinos emigran a otras regiones, mientras que las algas se mueren. Incluso la actividad de bacterias y microorganismos se reduce drásticamente. En cambio, las colonias de medusas proliferan sin problemas en estas aguas pobres en oxígeno.
Tipos de zonas muertas oceánicas
Las zonas muertas se pueden clasificar en tres grandes categorías:
- Zonas muertas permanentes, localizadas generalmente en aguas profundas.
- Zonas muertas estacionales, que aparecen cada año en verano y otoño para volver a desaparecer en invierno.
- Zonas muertas temporales, cuya duración es de sólo algunos días, incluso horas. Una ejemplo de este tipo es la llamada Hipoxia del ciclo de Diel, que se produce sólo durante la noche.
Principales zonas muertas del mundo
Según el Anuario de Perspectivas del Medio Ambiente Mundial publicado regularmente por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y otros estudios, hay catalogadas cerca de 400 zonas muertas en los océanos de todo el mundo. La mayor de estas zonas muertas cubre un área aproximada de 70.000 kilómetros cuadrados en el Océano Pacífico.
Aunque las zonas hipóxicas se encuentran distribuidas por todos los océanos y costas continentales del mundo, hay dos regiones donde este fenómeno se da de una forma particularmente extrema:
Zona Muerta del Mar Báltico
Cubre un área de 49.000 kilómetros cuadrados. Se ha generado a lo largo del último medio siglo por culpa de los vertidos fluviales de fósforo y nitrógeno de los fertilizantes para cultivos. La entrada de agua salada en el Mar Báltico a través de los estrechos daneses (Skagerrakk y Kattegat) contribuye a moderar el crecimiento de esta zona muerta y a paliar sus efectos nocivos sobre el ecosistema marino.
Zona Muerta del Golfo de México
Los vertidos de nitrógeno y fósforo en la cuenca del Mississippi van a parar a las aguas del Golfo de México desde hace décadas. Como resultado, se ha formado una gran zona muerta que en 2017 llegó a alcanzar una extensión de 22.700 kilómetros cuadrados, con efectos devastadores para la industria pesquera de México y Estados Unidos.