La diversidad de ecosistemas en los océanos
Aunque a primera vista la inmensa cantidad de agua que contienen los océanos es homogénea lo cierto es que dependiendo de la profundidad, la salinidad, la luz solar, la temperatura, el alejamiento de la costa, y otros factores, la diversidad de ecosistemas que encontramos en tan enormes regiones es muy grande. La mayor parte de la biodiversidad que contienen los mares es totalmente desconocida, ya que se desarrolla a profundidades a las que el ser humano nunca ha llegado más que esporádicamente. Allí se encuentran desde enormes moluscos a peces luminiscentes cuya luz no genera calor. Una vida tan exótica que es difícilmente imaginable, y de la que no conocemos más que unas pocas especies, sin que sepamos qué función tienen en la biocenosis submarina.
Uno de los primeros factores que determinan los diferentes ambientes marinos es la salinidad del agua. La cantidad de sal que contiene el agua marina depende de la temperatura y la presión. Así, el agua superficial es más salada que la profunda, porque esta es más fría, aunque siempre está por encima del punto de congelación, y se encuentra a mayor presión.
El segundo factor que interviene en la diversidad de ambientes es la profundidad. Con ella no sólo aumenta la presión, sino que va disminuyendo, progresivamente la luz y, por lo tanto, las características de las especies que viven allí.
Dependiendo de la profundidad distinguimos las siguientes zonas:
* Litoral: 0 – 10 m de profundidad
* Nerítico: 10 – 200 m de profundidad
* Batial: 200 – 4.000 m de profundidad
* Abisal 4.000 – y más metros de profundidad
La zona litoral es la mejor conocida. El nombre no debe de confundirnos ya que son zona litoral los 10 primeros metros aunque estén alejados del continente. La luz del sol llega sin dificultad, y la presión es un factor poco importante. Sufre las inclemencias del tiempo, es decir se calienta y se enfría con las condiciones climáticas estacionales y la parte más superficial se agita con los vientos. También sufre el ascenso y el descenso de las mareas.
En la zona nerítica la cantidad de luz solar que llega es notablemente menor, y por lo tanto las variaciones de calor. La presión aumenta notablemente, pero los animales no necesitan una adaptación especial. El oleaje y las corrientes marinas apenas tienen incidencia en ella.
A la zona batial ya no llega la luz solar y la presión es un factor limitante que exige a los organismos una especialización determinada. No se ve afectada por los cambios atmosféricos y muy poco por las corrientes, aunque a ella llegan con frecuencia restos de las zonas superiores.
La zona abisal es la más profunda. La oscuridad es total y la presión es muy grande. La energía calorífica del sol está ausente y por lo tanto la temperatura está permanentemente en torno a los 4 ºC.
Otro factor de diversidad es la distancia al continente, que implica la exposición o no a las corrientes de los ríos y las eventualidades de la erosión litoral. Según la distancia al litoral tendremos dos zonas la hemipelagica, cerca del continente, y la pelágica, lejos del continente.