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Gran Bahía Australiana

Publicado por Daniel Terrasa

gran bahía australiana

La Gran Bahía Australiana es una bahía abierta de grandes dimensiones que se extiende a lo largo de la parte central de la costa meridional de Australia. Su superficie es de unos 46.000 kilómetros cuadrados, bañados a partes iguales por las aguas de los Océanos Índico (este) y Pacífico (este).

Esta bahía fue descubierta por el explorador holandés François Thijssen en el año 1627, siendo totalmente cartografiada por primera vez en 1802 por el británico Matthew Flinders durante su viaje de circunnavegación del continente australiano.

El litoral de la Gran Bahía Australiana

La costa que bañan las aguas de esta gran bahía con las de los estados de Australia Occidental y Australia del Sur.  Según la Organización Hidrológica Internacional, su límite sur está marcado por una línea imaginaria que conecta el West Cape Howe, al oeste de Australia, con South West Cape, en la isla de Tasmania.

La curva litoral de la Gran Bahía Australiana se inicia al oeste en el Cabo Pasley, desde el cual se inicia una línea costera escarpada conocida como Wylie Scarp. Hacia el este, la altura desaparece por influencia de la Llanura de Nullarbor, formando largas playas y áreas dunares tras las cuales se encuentra una cadena de lagunas costeras.

Más al oeste, la costa de la Gran Bahía Australiana vuelve a crecer en altura, formando altos acantilados como los de Baxter y de Bunda, que se extienden a lo largo de más de 400 kilómetros. En la parte central, la bahía alcanza su punto más septentrional en Head of the Bight (en la imagen), una zona que se distingue también por sus grandes acantilados.

Desde este punto se inicia el giro del arco costero hacia el este hasta alcanzar la península de Eyre. Aquí el litoral es irregular y recortado, con presencia de cabos rocosos, bahías y también numerosas islas litorales como Fowlers Bay, Smoky Bay, Streaky Bay y el archipiélago de Nuyts.

Biodiversidad y amenazas

Las aguas de la Gran Bahía Australiana son reconocidas por su gran biodiversidad. La principal razón es la influencia de las corrientes oceánicas frías y cálidas, que reúnen a especies de peces propios del Índico como del Pacífico. En los fondos se han catalogado cerca de 1.200 especies diferentes de algas. Entre la fauna marina, alguna de las especies más representativas son la raya costera, la ballena franca austral y el león marino australiano.

Toda esa riqueza natural se encuentra amenazada por algunas de las actividades humanas en la zona. Además de la sobreèsca, desde la década de los años 60 existen explotaciones de petróleo y gas en la Gran Bahía Australiana, lo cual ha sido y aún hoy sigue siendo objeto de controversia dentro de la sociedad australiana.