Fronteras entre Inglaterra y Escocia
La frontera anglo-escocesa es el límite que se usa para delimitar los territorios de Inglaterra (al sur) y de Escocia (al norte) dentro de la isla de Gran Bretaña, en el Reino Unido. Se trata de una línea que se extiende desde el Fiordo de Solway en el Mar de Irlanda hasta la bahía de Marshall Meadows en el Mar del Norte. Tiene un sentido suroeste-noreste y una longitud de 154 kilómetros.
Fronteras históricas
La primera frontera oficiosa entre ambos territorios se remonta a la época romana. El tercio norte de Britannia no pudo ser conquistado, por lo que el emperador Adriano decidió establecer un limes que separara las tierras de la provincia (aproximadamente lo que hoy es Gales e Inglaterra) de las tierras septentrionales de Caledonia, pobladas por los salvajes pictos.
Muro de Adriano
En el año 122 d.C. se completó la construcción de un muro fortificado de 117 kilómetros en sentido este-oeste, desde el Fiordo de Solway hasta la desembocadura del río Tyne, que se halla bastante más al sur que la frontera actual. El Muro de Adriano fue una frontera militar jalonada por cerca de 80 fuertes. Su función era proteger la provincia de las incursiones de los pictos.
Muro de Antonino
Algunos años más tarde, en el 142 d.C., el emperador Antonio Pío levantó un nuevo muro fronterizo hacia el norte, a unos 160 kilómetros del Muro de Adriano. Al parecer, el objetivo era ampliar los límites septentrionales de la provincia en vistas a una eventual conquista de Caledonia, la cual jamás llegó a suceder.
Este segundo muro era más corto (solo 50 kilómetros) y mucho menos robusto. Se extendió de este a oeste desde el estuario de Forth hasta el Golfo de Clyde. Su trazado se halla enteramente en suelo escocés.
Fronteras medievales
Durante la época medieval no existió un límite bien definido entre los reinos de Alba y Northumbria, que se habían afianzado en los territorios que hoy corresponden a Escocia y al norte de Inglaterra. De hecho, las continuas guerras entre ambos provocaban continuos cambios de soberanía.
El Tratado de York, formado en el año 1247, sirvió para dar como válida la línea Solway-Tweed, aunque de facto, a ambos lados de la frontera se extendía un amplio territorio «sin ley» controlado por bandas de saqueadores (los llamados border reivers).
Frontera actual
El límite fronterizo aceptado en la actualidad se definió legalmente en el año 1707 después de las Actas de la Unión, que certificaron la unión de los dos reinos, Inglaterra y Escocia. Unas décadas más tarde, la línea de frontera se modificó ligeramente para incorporar la zona de Berwick-upon-Tweed al lado inglés y así ha permanecido hasta nuestros días.
Por otra parte, la frontera marítima entre Escocia e Inglaterra fue definida finalmente en 1999.