Chipre: Geografía física
El relieve de la isla de Chipre está dominada por dos alineaciones montañosas paralelas que la recorren de este a oeste. Al norte se encuentra la fina alineación de los montes Kyrenia-Karpas, muy cerca de la costa, y al sur los montes Olímpicos, donde se encuentra el Tróodos, la máxima cota del país (1852 msnm). Este conjunto es bastante más ancho y ocupa buena parte de la isla. Entre ambas cadenas se encuentra la llanura de Mesaoria, de entre 30 y 40 km de anchura.
La red hidrográfica es muy rala. Sólo dos ríos tiene cierta importancia, el Pedieras y el Yialias o Elea. Son los únicos que tienen agua permanentemente, aunque los estiajes son muy profundos y llegan a secarse en algunas partes de su curso. El resto de los cursos de agua son ramblas de alimentación pluvial secos la mayor parte del año.
La costa chipriota es moderadamente recortada, con bastantes cabos y bahía. Los cabos más importantes son el cabo Andrés, en el extremo nordeste; el Greco, al sudeste; el de Gata, al sur; el Arnautes, al noroeste; y el Kormakites, al norte. Las bahías más importantes son las de Morfu, Famagusta, Larnaca, Akroteríu, Episkopes y Jrisoju.
El clima es típicamente mediterráneo, con temperaturas suaves en invierno y cálidas en verano. Los centros de acción que afectan al país son el frente polar, que trae masas de aire frías y húmedas y el anticiclón de las Azores, que domina en verano y trae masas de aire cálidas y húmedas. También son frecuentes las bajas presiones saharianas, en verano, que trae masas de aire cálidas y secas, acompañadas de calimas. La acción moderadora del mar hace que el clima no sea tan extremo como en las tierras vecinas del continente asiático.
La orientación este o este de los montes chipriotas permite que atraviesen la islas las masas de aire traídas por los vientos dominantes del oeste. Por el contrario, dificultan la llegada de masas de aire muy frías del norte y muy cálidas del sur.
Las precipitaciones se dan, sobre todo, en invierno, con un total de unos 540 mm anuales, aunque, son muy irregulares y las sequías son frecuentes. El relieve introduce cambios importantes en ellas. En los montes Olímpicos de superan los 800 mm y las temperaturas se reducen hasta los 0 ºC en invierno.
Las temperaturas son suaves en invierno y cálidas en verano, superándose las medias de 25 ºC en verano en la llanura de Mesaoria.
La vegetación natural está muy modificada por la acción antrópica y apenas quedan unos pocos restos en las zonas más inaccesibles de los montes Olímpicos. En tiempos fueron abundantes los bosques de coníferas y cipreses, como en el vecino Líbano. Hoy en día en las zonas bajas predominan los algarrobos, las palmas datileras, los olivos, el pino negral y marítimo. Por encima de los 1.200 metros encontramos enebros y diversas variedades de pino.
La vegetación típica del bosque mediterráneo está prácticamente ausente. Por otro lado el carácter seco del clima dificulta el desarrollo del bosque, por lo que es frecuente el desarrollo de zonas arbustivas y de estepa.