Macedonia: Geografía física
La República de Macedonia es, en su mayor parte, una meseta que se desarrolla entre los 600 y los 1.000 metros de altitud. En el reborde de la meseta encontramos las cadenas montañosas, como las de Sar, Ródope, Osogovske y Baba, que superan ampliamente los 2.000 metros de altitud. La meseta está formada por un macizo antiguo de gneis y granito. No obstante, la región sufre terremotos con cierta frecuencia.
Su superficie es ondulada, y los ríos se encajan profundamente en la roca. Durante la orogenia alpina quedó aislada de los macizos colindantes por zonas de hundimiento. Está ligeramente volcada desde el norte, lo que organiza su red hidrográfica.
En Macedonia se encuentra la línea divisoria principal entre los ríos balcánicos que desembocan en el mar Negro a través de Danubio, y los que desembocan en el Mediterráneo (Egeo y Adriático).
En Macedonia encontramos la depresión de Vardar, que son una serie de hundimientos tectónicos que se prolongan hasta Grecia. Esta depresión se encuentra flanqueada por grandes levantamientos montañosos, en el interior de los cuales encontramos depresiones menores, donde se alojan los lagos macedonios.
El río principal de Macedonia es el Vardar, que recorre el centro del país de norte a sur y desemboca en el golfo Termaico cerca de Salónica (Grecia). El río Vardar tiene unos 464 km de longitud, de los cuales 388 son macedonios. Nace en Vrutok, cerca de Gostivar, y atraviesa las ciudades de Skoplie, Sindo y Calestra. Sus principales afluentes son el Treska, el Crna, el Pchinja y el Bergalnica.
En el extremo suroriental se encuentran los lagos Ohrid y Préspa. El lago Ohrid hace frontera con Albania, y tiene una superficie de 376 km², es el más profundo de los Balcanes. El lago Préspa, algo más pequeño, hace frontera con Grecia. Al sureste se encuentra el lago Dojran, también fronterizo con Grecia.
El clima de Macedonia, más por motivos de orientación y altitud que por su posición, es de tipo continental húmedo, aunque tienen una clara influencia del clima mediterráneo especialmente en el sur, donde llega a haber hasta dos meses de aridez en verano. Los centros de acción que actúan sobre el país son el frente polar, que trae masas de aire polar marítimo procedentes del Mediterráneo, el anticiclón siberiano, que actúa en invierno, y llega hasta esta latitudes en su máxima extensión, junto con los anticiclones locales del centro del continente, y el anticiclón de las Azores que deja sentir su influencia en verano. Los inviernos son fríos, largos y lluviosos. Las nevadas son frecuentes e intensas, y cubren buena parte de las montañas durante la mayor parte del año. Los veranos son cálidos y algo menos lluviosos, pero también húmedos. Las precipitaciones están entre los 600 mm de los valles a más de 1.000 mm en las tierras altas y las montañas. Las temperaturas oscilan entre los 3 ºC del mes más frío y los 20 ºC del mes más cálido, de media, aunque es notablemente más frío en las regiones montañosas.
La vegetación típica es el bosque mixto caducifolio con hayas, carpes, robles y coníferas, con el subtipo del bosque balcánico. En el sur encontramos zonas de encinas típicas del clima mediterráneo.