El Mar Menor
A pesar de su nombre, el Mar Menor no es un mar en el sentido estricto del término, sino una albufera de agua salada situada en la costa mediterránea de España, en concreto en la región de Murcia. Con 135 km² de superficie, es la albufera más grande de este país, por delante de la Albufera de Valencia y de las albuferas de Alcudia y Es Grau, en las Islas Baleares.
El Mar Menor mide 21 kilómetros de norte a sur y 11 kilómetros de este a oeste. El perímetro total de su línea de costa (interior) es de 73 kilómetros. Su profundidad media oscila enter 4 y 6 metros.
Una larga franja de arena de 22 kilómetros, denominada La Manga, separa las aguas del Mar Menor de las del Mediterráneo. Existen varios canales o golas que comunican ambas masas acuáticas. De norte a sur, estos canales son los siguientes: Gola del Charco, Gola de Ventorrillo, Gola del Estacio y la Gola de Marchamalo.
En la mitad meridional del Mar Menor se localizan cinco islotes de origen volcánico. Tres de ellas son conocidas como «islas mayores»(Perdiguera, isla Mayor o del Barón e isla del Ciervo), mientras que las otras dos son las «islas menores» (Redonda e isla del Sujeto).
La laguna recibe pequeños aportes fluviales de parte de ramblas o corrientes de cauce irregular, como las de Cobatillas, El Albujón o Las Matildes. Estos aportes contribuyen a reducir ligeramente la salinidad de las aguas del Mar Menor.
El clima de la zona es de tipo mediterráneo seco, con inviernos suaves y veranos muy calurosos y exentos de lluvias, en los que las temperaturas máximas superan en muchas ocasiones los 40º C. En verano, la fuerte insolación causa evaporación de las aguas y eleva su salinidad.
Problemas medioambientales
Las características morfológicas únicas del Mar Menor han convertido a este paraje en un destacado destino turístico de sol y playa en el sureste de la Península Ibérica. La mayor parte de las plazas hoteleras se ubican en la zona de La Manga.
Además de las playas, los tesoros naturales de la laguna y los humedales que la rodean han sido tradicionalmente el principal reclamo turístico del Mar Menor. Por desgracia, en las últimas décadas la albufera ha sufrido un lento pero imparable deterioro que ha tenido graves consecuencias medioambientales y ha perjudicado gravemente al turismo, principal actividad de la economía local.
Las actividades humanas han dañado gravemente las aguas del Mar Menor. Los principales causantes han sido la pesca de arrastre, la construcción de puertos y canales, los vertidos contaminantes (nitratos derivados de la agricultura, hidrocarburos de las embarcaciones de recreo) y otros factores secundarios.
A consecuencia de todo esto se ha producido un proceso de eutrofización que ha provocado la desaparición de muchas especies marinas que habían sido muy abundantes en el pasado como la anguila, el langostino o el caballito de mar.
Las aguas trasparentes han dejado paso a un paisaje de aguas turbias y frecuentemente insalubres, que han perjudicado de manera notable las actividades turísticas.