Chile: relieve
Chile es, ante todo, un país andino. Se extiende a lo largo de más de 4.200 km en una estrecha franja entre la cordillera de los Andes y la costa suroriental del océano Pacífico. Su ancho máximo alcanza los 440 km en el paralelo 52º 21′ S y su ancho mínimo es de 90 km en la latitud 31º 37′ S. Se encuentra en el borde de las placas sudamericana y de Nazca, que en el extremo sur da paso a la placa antártica. Forma parte del «cinturón de fuego» del Pacífico. Es, pues, una zona altamente sísmica y volcánica.
La actividad tectónica continúa moldeando el paisaje chileno. La interacción constante entre las placas de Nazca y Sudamericana es responsable de la formación de la cordillera de los Andes. Este proceso, que comenzó hace millones de años, es también la causa de la alta actividad sísmica y volcánica que caracteriza a la región. Los movimientos de estas placas producen elevaciones y depresiones en el terreno, configurando el relieve de manera dinámica.
Chile emerge a fines del Mesozoico debido al choque entre las placas de Nazca y Sudamericana, que da origen a la cordillera de los Andes. El territorio será modelado durante millones dando forma al relieve actual.
Chile se extiende a través de múltiples zonas climáticas, que van desde el desértico norte hasta el húmedo sur patagónico. La geografía climática del país es tan variada como su longitud. El desierto de Atacama, uno de los más secos del mundo, marca el clima árido de la región norte. Al avanzar hacia el sur, el clima se torna mediterráneo en la zona central, con veranos cálidos e inviernos lluviosos. En el extremo sur, la Patagonia chilena experimenta climas fríos y húmedos, influenciados por la proximidad al océano Pacífico. Para obtener más información sobre el clima, consulta Chile: clima.
En Chile podemos diferenciar cuatro grandes unidades de relieve: la cordillera de los Andes, la depresión intermedia, la cordillera de la costa y las planicies litorales.
La cordillera de los Andes
La cordillera de los Andes entra por Bolivia y Perú y alcanza su mayor desarrollo en la mitad norte, hasta la altura de Santiago. La divisoria de aguas hace frontera con Argentina. Aquí son numerosos los picos nevados que alcanzan más de 6.000 metros de altitud. Destacan volcanes y montañas como el Aconcagua, el más alto de América con 6959 metros, el nevado Ojos del Salado (6890 m), el Mercedario (6770 m) y el Llullaillaco (6723). En el norte se abren varios ramales como la cadena Domeyko, entre los que están atrapados varios salares, como los de Atacama, Punta Negra, Pedernales y Maricunga.
A partir de Santiago, los Andes se estrechan y pierden altitud. Aparecen, en cambio, los grandes glaciares. En el extremo sur se resuelve en un sinnúmero de islas e islotes hasta desaparecer en el cabo de Hornos, hundiéndose en el paso Drake y reapareciendo en el arco de las Antillas del Sur y luego en la península Antártica.
Entre los rasgos glaciares más destacados se encuentran los Campos de Hielo Norte y Sur. Estas enormes masas de hielo son las más grandes del hemisferio sur después de la Antártida. Juegan un papel importante en la regulación del clima local y global, además de ser una importante fuente de agua dulce. Los glaciares han tallado profundos fiordos y valles, ofreciendo paisajes espectaculares y únicos.
La depresión intermedia
La depresión intermedia es un estrecho corredor entre los Andes y la cordillera de la costa. Se eleva a unos 1.000 metros de altitud, entre la frontera peruana y Puerto Montt. Es una llanura rellena de materiales procedentes de la erosión y los volcanes. Se diferencian dos sectores: el Norte Grande y el Norte Chico separados por nudos transversales.
La erosión y el desgaste han jugado un papel importante en la formación de la depresión intermedia. Las lluvias y la actividad fluvial transportan sedimentos desde los Andes, rellenando los valles y creando suelos fértiles. Estos procesos, combinados con la actividad volcánica, han contribuido a la rica diversidad geológica y ecológica de la región.
La cordillera de la costa
La cordillera de la Costa se origina al sur de Arica y se prolonga, con interrupciones hasta la península de Taitao. Es de menor altitud que los Andes, aunque el pico Vicuña se eleva hasta los 3.000 metros. En el Norte Grande cae abruptamente formando el Farellón Costero que reemplaza a las planicies litorales, prácticamente ausentes. Desaparece en el Norte Chico, y reaparece en el Chile central.
El Norte Grande es la zona comprendida entre el límite septentrional del país y el paralelo 26º S. Aquí se encuentra el desierto de Atacama, el de mayor aridez en el mundo. El desierto está fragmentado por quebradas que dan origen a zonas conocidas como pampas, como la de Tamarugal, y salares como el de los Pintados o Bellavista. Los desiertos tienden al endorreísmo, por lo que sólo unos pocos ríos de esta zona llegan al Pacífico.
Más al sur se encuentra el Norte Chico que se extiende hasta el río Aconcagua. Desde la altura de Santiago hasta Puerto Montt la depresión se ensancha y desciende en altitud. A medida que gana sur los sistemas montañosos que la enmarcan se entrecruzan prácticamente eliminándola.
Las planicies litorales
Las planicies litorales son muy estrechas, pero en general ganan anchura de norte a sur. Se trata de rasas costeras de amplias dimensiones. El litoral chileno es notablemente rectilíneo hasta la altura de Puerto Montt. A partir de ahí se resuelve en infinidad de bahías e islas.
La Patagonia chilena
La Patagonia se extiende desde el Seno de Reloncaví (paralelo 41º S) hacia el sur. Durante la última glaciación esta zona estuvo cubierta por hielos. Como resultado, la depresión intermedia se hunde en el mar, mientras la cordillera de la Costa da origen a una serie de archipiélagos como los de Chiloé y el de los Chonos hasta desaparecer en la península de Taitao. La cordillera de los Andes pierde altura y la erosión producida por la acción de los glaciares ha dado origen a fiordos. Los Andes patagónicos se caraterízan por las grandes masas de hielo conocidas como campos de hielo. Al oriente de la Cordillera se localizan zonas relativamente llanas, especialmente en la zona del estrecho de Magallanes y a lo largo de Tierra del Fuego.
Chile alberga una biodiversidad notable a lo largo de sus diversos paisajes. Las regiones costeras son hogar de una variedad de especies marinas, mientras que los Andes albergan una fauna adaptada a las alturas y climas extremos. En el sur, los bosques templados de la Patagonia son uno de los hábitats más ricos en especies del mundo. Los esfuerzos de conservación están en marcha para proteger estas áreas, asegurando la preservación de sus ecosistemas únicos. Para obtener más información sobre las islas y su impacto, consulta Chile Insular.
Chile oceánico
En el medio del océano Pacífico Chile tiene diversas islas, conocidas en conjunto como Chile Insular, en que destacan el archipiélago de Juan Fernández y la isla de Pascua. Estas islas tienen un origen volcánico debido a que se encuentran en la zona de fractura entre la placa de Nazca y la placa Pacífica, conocida como dorsal del Pacífico Oriental.