Isla Ferdinandea
Ferdinandea es el nombre de una isla y volcán submarino situado frente a la costa suroccidental de Sicilia, en el Mar Mediterráneo. Esta masa de tierra alterna periodos en los que se encuentra sumergida con otros en los que emerge formando una isla. Desde el año 300 a.C. se ha registrado cuatro etapas insulares de diferente duración.
En realidad, la isla Ferdinandea es la parte superior del cono volcánico de un volcán submarino conocido desde la Antigüedad con el nombre de Empédocles. Esta estructura volcánica forma parte de los llamados Campos Flégreos del Mar de Sicilia, que se extienden entre la isla italiana y las costas de Túnez.
En la actualidad, Ferdinandea se halla sumergida a unos 6 metros bajo la superficie, constituyendo un importante riesgo para la navegación en esta parte del litoral siciliano. Es uno de los ejemplos mejor estudiados de los que se conoce como «isla intermitente».
Emersiones a lo largo de la historia
Los primeros testimonios de Ferdinandea datan de la época de las Guerras Púnicas, aunque con referencias muy vagas e imprecisas de navegantes y geógrafos griegos y romanos. La primera emersión documentada de forma fiable data de fiales del siglo XVIII.
En el año 1831 tuvo lugar la aparición más reciente de la isla. Después de un periodo de intensa actividad sísmica, emergió formando un gran bloque de basalto vertical de unos 65 metros de altura. El siciliano Michele Fiorini tomó posesión del nuevo territorio en nombre del rey Fernando II de Dos Sicilias, bautizándolo en su honor como Isla Ferdinandea.
Apenas unas semanas más tarde, los británicos reclamaron la soberanía del islote, al que bautizaron como Graham Island, alegando que el primer barco en constatar su existencia fue el HMS St Vincent, durante su ruta hacia Malta, hecho que se habría producido antes de la toma de posesión de Fiorini.
Dos países más se sumaron a la disputa por la soberanía de Ferdinandea. Por una parte estaba España, que defendió que la última vez que la isla se había hundido bajo el mar, tanto Sicilia como sus islas cercanas se encontraban bajo soberanía española; por otra parte, Francia también reivindicó la posesión de este nuevo territorio, al que llamó Isla Julia, a raíz del desembarco de uno de sus buques en una fecha supuestamente anterior a la de Fiorini.
La disputa quedó en suspenso después del nuevo hundimiento de Ferdinandea en enero de 1832, poniendo fin a tan curios historia. Desde entonces, exceptuando algunas erupciones submarinas sin mayores consecuencias, la isla no ha vuelto a emerger.
El último acto reivindicativo se produjo en el año 2000, cuando buceadores italianos colocaron una placa de mármol y una bandera de Sicilia en la cumbre sumergida del volcán, que deberían ser visibles la próxima vez que la isla salga a la superficie.