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Geografía de Mónaco

Publicado por Daniel Terrasa

El Principado de Mónaco es un estado europeo situado a orillas del Mediterráneo, al sur de Francia, en la región de la Costa Azul. Con apenas 2  kilómetros cuadrados de superficie es el segundo estado más pequeño del mundo, por detrás del Vaticano.

Su nombre tiene su origen en el topónimo Monoikos, que era el nombre de un asentamiento fenicio en esta zona hace más de dos mil años. Este asentamiento fue fundado por los fenicios en el siglo VI a.C. y fue un importante puerto comercial en la antigüedad.

Mónaco es un estado independiente desde el año 1297, aunque siempre ha dependido políticamente de las potencias regionales como la república de Génova, el reino de Saboya o Francia. Durante la Edad Media, Mónaco fue un importante centro de comercio y navegación, y su puerto fue uno de los más activos del Mediterráneo.

En su momento de mayor esplendor el territorio monegasco ocupó una extensión de 24 kilómetros cuadrados, incluyendo las localidades hoy francesas de Menton y Roquebrune. Sin embargo, a lo largo de los siglos, Mónaco ha perdido gran parte de su territorio debido a los conflictos con Francia.

El país ha mantenido su independencia a lo largo de más de siete siglos salvo durante un corto periodo entre 1793 y 1814, en el que fue ocupado por Francia. Durante este periodo, Mónaco fue anexado a Francia y administrado como parte del departamento de los Alpes Marítimos.

A pesar de no formar parte de la Unión Europea, la moneda oficial del país es el Euro. Además, Mónaco es miembro de varias organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Mónaco es desde el año 1911 una monarquía constitucional en la que el príncipe ostenta la Jefatura del Estado. Administrativamente, el principado se divide en 10 comunas: Mónaco-Ville, Montecarlo/Spélugues, La Condamine, Fontvielle (distrito formado por una serie de tierras ganadas al mar), Monegeti, Larvotto/Bas Moulins, La Rousse/Saint Roman, Saint Michel, La Colle y Les Révoires. Cada una de estas comunas tiene su propio ayuntamiento y alcalde, aunque el poder ejecutivo recae en el príncipe y su gabinete de ministros.

Geografía física

La cercanía de las estribaciones suroccidentales de los Alpes marcan el accidentado relieve de Mónaco. Su punto más alto es el Mont Agel (140 m). En cambio, no existe ningún curso fluvial importante. La falta de ríos ha llevado a Mónaco a depender del agua de lluvia y del agua del mar desalinizada para su suministro de agua potable.

La línea de costa monegasca es de 4,1 kilómetros. Prácticamente todo su territorio se halla urbanizado, con pocos espacios verdes, entre los que destaca la Reserva Marina de Larvotto, un área protegida que alberga una gran variedad de flora y fauna marina.

El clima de Mónaco es típicamente mediterráneo, con veranos secos y calurosos e inviernos suaves. Este clima, junto con su ubicación privilegiada en la Costa Azul, ha hecho de Mónaco un popular destino turístico.

Geografía humana

La población total de Mónaco está en torno a 38.000 habitantes. Curiosamente, la nacionalidad monegasca es sólo la tercera más numerosa del estado, por detrás de la francesa (11.ooo habitantes) y la italiana (cerca de 6.000 habitantes). A pesar de su pequeño tamaño, Mónaco es un país multicultural, con residentes de más de 100 nacionalidades diferentes.

La religión oficial de Mónaco es el catolicismo. El idioma oficial es el francés, aunque también se habla el monegasco, que es una variante de la lengua ligur italiana. Además, debido a su carácter cosmopolita, en Mónaco se hablan muchos otros idiomas, como el inglés, el italiano y el alemán.

La economía de Mónaco está basada en el turismo de alto poder adquisitivo. Entre sus principales reclamos figuran el puerto deportivo y el Casino de Montecarlo (en la imagen). El nivel de vida de los habitantes de Mónaco es uno de los más altos de Europa. Además, Mónaco es conocido por ser un centro financiero y fiscal importante, con un sector bancario muy desarrollado y una política fiscal favorable para las empresas y los individuos de alto patrimonio.

Como sucede con otros pequeños estados europeos como por ejemplo Liechtenstein, la baja fiscalidad ha atraído a numerosas empresas, hecho que ha motivado que el Fondo Monetario Internacional haya incluido a Mónaco en la categoría de «paraíso fiscal». Sin embargo, en los últimos años, Mónaco ha tomado medidas para mejorar su transparencia fiscal y cooperar con las autoridades fiscales internacionales.