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Jordania: geografía física

Publicado por Daniel Terrasa

Jordania es un país de Oriente Próximo. Tiene una superficie de 89.300 kilómetros cuadrados. Su capital y ciudad más poblada es Amán.

Limita al norte con Siria e Iraq, al oeste con Israel y este al sur con Arabia Saudí, Jordania cuenta además con una pequeña salida al Mar Rojo por el sur, en el Golfo de Aqaba. Su línea de costa, es de 26 kilómetros, sin contar el litoral del Mar Muerto.

Después de lograr su independencia del Impero Otomano tras la I Guerra Mundial, Jordania fue un protectorado británico hasta 1946, año en el que alcanzó su independencia bajo el nombre de Reino Hachemita de Transjordania. Poco después pasaría a adoptar la denominación actual.

La forma de estado de Jordania es la monarquía constitucional. El país se organiza territorialmente en dos provincias o gobernaciones.

Relieve e hidrografía

El territorio de Jordania se divide entres regiones naturales:

  • La región desértica: se encuentra principalmente en el desierto sirio, que es la prolongación hacia el norte del desierto de Arabia. Ocupa la zona este y sur del país, abarcando cerca del 75% del territorio.
  • Las tierras altas orientales, que presentan elevaciones de entre 600 y 900 metros sobre el nivel del mar. En ellas se alza el pico más alto de Jordania: el Monte Ramm (1.754 m). , el punto más alto de Jordania, en el al sur. Afloramientos de arenisca, tiza, piedra caliza y sílex se extienden hasta el extremo sur, donde predominan las rocas ígneas.
  • El valle del Jordán, que se encuentra a unos 400 metros por debajo del nivel del mar, Esta región incluye la ribera oriental del Mar Muerto, el punto natural más bajo en la superficie de la Tierra.

El río Jordán, que tiene cerca de 300 kilómetros de longitud, fluye en dirección sur drenando las aguas del lago Tiberíades (también conocido como mar de Galilea). Por el norte recibe las aguas del río Yarmuk.

Las aguas del mar Muerto tienen altísimos índices de salinidad. En sus orillas se encuentran marismas donde no crece ningún tipo de vegetación.

Además del río Jordán, Jordania cuenta con otros cursos de agua menores, como el río Zarqa, que es el segundo río más largo del país. Este río, aunque menos caudaloso que el Jordán, es vital para la agricultura y el suministro de agua en la región central del país. Otro río importante es el Wadi Mujib, que atraviesa una profunda garganta y desemboca en el Mar Muerto, formando una reserva natural que es un importante atractivo turístico.

Clima

El clima de Jordania es muy variado: en el oeste es de tipo templado mediterráneo, mientras que en el este es de tipo desértico.

En general, todo el territorio jordano es bastante árido y las diferencias climáticas varían según la proximidad del mar Mediterráneo y la elevación. Las temperaturas medias mensuales en el norte y en la capital Amán son entre 8 y 26 ° C, mientras que en el sur, en Aqaba, se sitúan entre 16 y 33 ° C. Los vientos predominantes en todo el país soplan de oeste a suroeste, pero con frecuencia llega un cálido, seco y polvoriento del sureste (llamado khamsin) procedente de la Península Arábiga, sobre todo a principios y finales del verano.

Las precipitaciones son escasas y se concentran en invierno. Las más abundantes se dan en el valle del Jordán (400 mm anuales), siendo casi nulas en las zonas desérticas del noreste. Asociada a la escasez de lluvia, la escasez de agua en las principales ciudades es en la actualidad uno de los grandes problemas de Jordania.

La variabilidad climática también afecta la biodiversidad del país. En las regiones más húmedas del noroeste, se pueden encontrar bosques de robles y pinos, mientras que en las zonas más áridas del este y sur predominan los paisajes desérticos con vegetación adaptada a la sequía, como arbustos y plantas suculentas. Las reservas naturales, como la Reserva de la Biosfera de Dana y la Reserva Natural de Shaumari, juegan un papel crucial en la conservación de la flora y fauna autóctonas.

Jordania también enfrenta desafíos ambientales significativos, como la desertificación y la escasez de recursos hídricos. El gobierno y diversas organizaciones no gubernamentales están trabajando en proyectos de reforestación y gestión sostenible del agua para mitigar estos problemas. La educación ambiental y la concienciación pública son componentes esenciales de estos esfuerzos, buscando involucrar a las comunidades locales en la protección y conservación del entorno natural.