Geografía

Mar Muerto

Publicado por Daniel Terrasa

El Mar Muerto, también llamado «mar de la muerte» o «mar de sal», es en realidad un lago salado de unos 800 kilómetros cuadrados de superficie que se extiende a lo largo de la frontera entre Israel y Jordania.

Mide cerca de 80 kilómetros de largo y 15 kilómetros de ancho. Ocupa la parte más baja de la depresión tectónica del río Jordán, por lo que se encuentra a 435 metros por debajo del nivel del mar.

Es un lago endorreico, por tanto el nivel de sus aguas viene condicionado por la diferencia entre el aporte fluvial (principalmente el río Jordán) y las escasas precipitaciones menos las pérdidas por evaporación.

Al no contar con salidas, naturales, se producen grandes acumulaciones de sal, que son la principal característica del Mar Muerto.

Los contornos del Mar Muerto son regulares (a excepción de la península de Al-Lisan) y están marcados por costas bajas, muchas de ellas arenosas. Alrededor de la línea de costa hay abundantes piscinas, sumideros, cenagales y cuevas subterráneas.

Al sur del Mar Muerto se encuentra el Lago Tiberíades o Mar de Galilea, el cual, aunque parezca una prolongación del mismo, es en realidad un lago de agua dulce.

Hidrología y clima

El Mar Muerto se encuentra en una zona desértica, por lo que las precipitaciones son escasas e irregulares (alrededor de 65 mm al año) de lluvia al año.

Gracias a la situación del lago por debajo del nivel del mar las temperaturas invernales son suaves (17°C de media en enero); el verano en cambio es muy caluroso con temperaturas medias de 34ºC y máximas que pueden alcanzar en ocasiones los 50ºC.

La evaporación, estimada en  unos 1.400 mm al año, provoca a menudo neblinas sobre el lago.

El río Jordán vierte en el Mar Muerto un promedió de 1.300.000.000 metros cúbicos por año, aunque su caudal se ha visto reducido de forma considerable en las últimas décadas. Otros cursos fluviales irregulares de menor entidad realizan modestos aportes. Son los wadis de Al-ʿUẓaymī, Zarqāʾ Māʿīn, Al-Mawjib y Al-Ḥasā. El elevado índice de evaporación en verano provocan fuertes fluctuaciones en el nivel de las aguas, que desciende ligeramente año tras año.

Salinidad

El índice de salinidad del Mar Muerto es muy elevado (entre 235 y 240 kg/m3) y ha ido en aumento en los últimos cincuenta años debido a la reducción del flujo fluvial del río Jordán.

Esto tiene como consecuencia que la vida en sus aguas no sea posible, exceptuando algunos microorganismos halófilos y minúsculos crustáceos como las artemias.

Otra consecuencia de la abundante sal disuelta en sus aguas es que una persona puede sumergirse en el Mar Muerto y mantenerse a flote sin necesidad de nadar.

El grado de salinidad aumenta con la profundidad. Esta característica puede dar lugar a la formación de dos masas de agua diferentes en el lago durante largos períodos de tiempo.

Economía

Como es lógico, el Mar Muerto constituye una enorme reserva de sal. Los principales depósitos son explotados a pequeña escala desde la antigüedad. A orillas del lago funciona una fábrica que produce potasa, magnesio y cloruro de calcio y otra que produce bromo y otros productos químicos, ambas situadas en la orilla israelí.

Debido a su ubicación en la controvertida frontera entre Jordania e Israel, la navegación en el Mar Muerto es insignificante. Sus orillas están casi desiertas, y los establecimientos permanentes son raros, a excepción de algunos hoteles y balnearios en el norte.

Para frenar la progresiva desecación del Mar Muerto, Jordania e Israel han aprobado un ambicioso proyecto de construcción de un canal hacia el norte desde el Mar Rojo, que todavía no se ha puesto en marcha.