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Tierra de Crocker

Publicado por Daniel Terrasa

crocker land

Tierra de Crocker (Crocker Land en inglés) es el nombre de una supuesta isla del Ártico avistada por el explorador Robert Peary en el año 1906. Esta tierra estaría localizada al norte del archipiélago canadiense, sobre la latitud 83°N, unos 200 kilómetros al norte de la isla de Ellesmere.

Peary bautizó esta nieva isla con el nombre de la persona que financió su expedición: el millonario norteamericano George Crocker. La veracidad de la existencia de esta isla fue puesta en cuestión a medida que la reputación de Peary fue puesta en entredicho los años posteriores al descubrimiento.

Peary aseguró haber sido el primer hombre que alcanzo el Polo Norte, en 1909. Sin embargo, su hazaña fue puesta en duda, ya que no aportó ninguna prueba sólida. Hoy se sabe que con toda seguridad no llegó al polo, aunque es probable que él pensara que sí lo hizo.

La expedición McMillan

Por extensión, el descubrimiento de la Tierra de Crocker (que pasaría a figurar en los mapas de la Sociedad Geográfica de Estados Unidos) también fue puesto en cuarentena. Así que, en el año 1913 otro explorador estadounidense, Donald Baxter McMillan se embarcó en una nueva expedición para comprobar la existencia de esta misteriosa isla, a la que él llamaba «el último enigma del norte».

La expedición de McMillan contó con un importante apoyo económico y estaba formada por un importante grupo de científicos e ingenieros. Se incluía una partida de exploradores inuit, buenos conocedores de las costas de esta parte del Ártico.

En su diario de viaje, el 21 de abril de 1914, McMillan anotó que había avistado la Tierra de Crocker, describiendo incluso el perfil de una gran montaña cuya altitud estimó en más de 1.000 metros. También anotó que iban a proceder con los preparativos necesarios para desembarcar en ella. Sin embargo, durante los días posteriores esta isla pareció perderse en las nieblas oceánicas.

Al parecer, al igual que Peary, McMillan había sido víctima de un espejismo. Esto, por otra parte, es algo muy habitual en estas latitudes, en las que se han registrado numerosos casos. A menudo, estas islas imaginarias han sido confundidas con icebergs.

En todo caso, para McMillan el hecho de haber visto la isla y no haber logrado poner el pie en ella fue extremadamente frustrante y así lo dejó por escrito.

Además, la expedición acabó en desastre: el barco en el que viajaban quedó atrapado en el hielo y uno de los guías inuit murió abatido por los disparos de uno de los hombres de McMillan cuando este trataba de huir con un trineo cargado de provisiones. Los últimos hombres de la expedición fueron rescatados en 1917 después de sobrevivir en un entorno hostil a costa de grandes sacrificios y penurias. El propio McMillan sufrió la amputación de dos de los dedos de sus pies congelados.

Finalmente, la expedición McGregor en los años 1937 y 1938 determinó de forma definitiva la no existencia de la Tierra de Crocker, que durante varias décadas estuvo representada en los mapas más importantes del Océano Ártico.