Geografía
Inicio América, Asia Puente de Beringia

Puente de Beringia

Publicado por Daniel Terrasa

beringia

Se conoce con el nombre de Beringia o Puente de Beringia a la masa terrestre que en el pasado ocupo el actual Estrecho de Bering, y que se extendía como un puente entre el extremo nororiental de Asia y la parte más noroccidental de América del Norte.

En sentido extenso, la región de Beringia se extendería a lo largo de más de 1.000 kilómetros, desde el cauce del río Lena en Rusia hasta el del río Mackenzie en Canadá. Su límite septentrional sería el mar de Chukotka, mientras que el meridional se situaría en a punta sur de la península de Kamchatka.

Algunos de los territorios actuales que formaron parte de Beringia son las penínsulas de Chukchi y Kamchatka en Rusia, así como el estado de Alaska en los Estados Unidos y el territorio canadiense de Yukón. Su extensión estimada es de 1.600.000 kilómetros cuadrados. Los estudios paleoclimáticos han revelado que Beringia tuvo un clima frío dominado por un paisaje propio de tundra, pero lo suficientemente templado como para albergar zonas de pastos y bosques de abedules, alerces y abetos.

Los últimos vestigios geográficos del Puente de Beringia que se conservan en la actualidad son las Islas Diomede, que se encuentran en la zona central del estrecho.

El nombre de Beringia, que también sirve para nominar al estrecho y al Mar de Bering, proviene del navegante danés Vitus Bering, el cual, al servicio del zar de Rusia, exploró estas regiones en el siglo XVII.

beringia

La existencia intermitente de Beringia a lo largo de los últimos millones de años está relacionada con el ciclo de las glaciaciones. En cada periodo glacial, el nivel de las aguas disminuye, haciendo que las tierras emerjan, dando lugar al puente terrestre entre ambos continentes. Los registros geológicos confirman que este puente en los siguientes periodos: 70.000 – 60.000 a.C. y 30.000 – 14.000 a.C.

Se cree que fue durante este último periodo durante el cual el ser humano colonizó el continente americano, de norte a sur, procedente de tierras asiáticas, probablemente en torno al 20.000 a.C. La arqueología refleja esta tesis, aunque hasta el momento no se ha podido establecer la datación de los primeros asentamientos humanos en América hasta más allá del año 10.000 a.C. Por otra parte, la antropología ha identificado muchas similitudes entre las lenguas habladas por los pueblos nativos americanos y las etnias siberianas. También en sus similitudes genéticas.

Sin embargo, el trasvase de especies animales y vegetales entre ambos continentes se remonta a épocas mucho más remotas, como bien atestiguan los estudios paleontológicos.