Sudáfrica: hidrografía
Los tres principales ríos de Sudáfrica son el Orange, que desemboca en el océano Atlántico, el Vaal, que es su principal afluente, y el Limpopo, que nace cerca de Johannesburgo y desemboca en el océano Índico.
Dos de estos ríos dibujan algunas de las fronteras naturales del país. El Orange separa Sudáfrica de Namibia durante su curso final, a lo largo de 967 kilómetros; por otra parte, el Limpopo separa el territorio sudafricano del de Zimbabue y también de forma parcial del de Botsuana.
El río Orange tiene unos 2.100 kilómetros de longitud. Nace en las montañas de Lesotho, a 3.350 m de altitud, para fluir después hacia el noroeste, atravesandolas grandes praderas sudafricanas y marcando la frontera entre las provincias de Transvaal y Estado Libre. En su curso final su caudal se ve drásticamente reducido por culpa de la evaporación. Se le considera el segundo río más importante de África del Sur por detrás del Zambeze.
El río Vaal nace en el nordeste, muy cerca de la frontera con Suazilandia, y fluye hacia el suroeste hasta su confluencia con el Orange, al suroeste de la ciudad de Kimberley. Tiene una longitud de 1.120 kilómetros y su principal peculiaridad es el color gris de sus aguas.
El sistema Orange-Vaal es el principal conjunto fluvial sudafricano y drena una gigantesca cuenca de unos 852.000 km².
El curso del río Limpopo tiene 1.750 kilómetros de longitud. Su nacimiento se sitúa en la provincia del Noroeste, en la confluencia de los ríos Marico y Crocodile. Después se dirige haia el nordeste para marcar la frontera con Botsuana a lo largo de 640 kilómetros y con Zimbabue. Más adelante penetra en Mozambique en su camino hacia el océano Índico. Sus principales afluentes son los ríos Mogalakwena, Levubu y Olifants.
Otro río sudafricano importante es el Tugela, al este del país. Allí se encuentra el Salto del Tugela (imagen inferior), la segunda cascada más alta del mundo, con 947 metros de altura divididos en cinco saltos diferentes.
Los recursos hidrológicos de Sudáfrica son escasos. Los suelos del país, compuestos en su mayor parte de rocas duras con poca capacidad para almacenar agua, agrava la amenaza de la aridez. Se estima que el 60% de toda el agua de Sudáfrica se concentra en el 20% de su territorio.
En la actualidad hay en Sudáfrica más de mil embalses artificiales. Entre los más grandes e importantes cabe destacar el Embalse de Gariep (352 km² ), el Embalse de Vaal (323 km²) y el Embalse de Bloemhof (223 km²), en la convergencia de los ríos Vaal y Vet, entre las provincias de Estado Libre y Noroeste.
No existen lagos de extensión significativa en el país. Los más destacados son el Lago Santa Lucía, un sistema de lagunas costeras en la región de KwaZulu-Natal, y el Zeekoevlei, un pequeño lago de agua duce de 2,6 km² cerca de Ciudad del Cabo.
Otro lago famoso, aunque no por su extensión sino por su forma y origen, es el Big Hole. Este lago es en realidad una vieja mina de diamantes excavada a finales del siglo XIX. La gran cavidad fue abandonada y después inundada, siendo hoy una importante atracción turística en la zona de Kimberley.