Geografía

Irán: clima, flora y fauna

Publicado por Daniel Terrasa

Irán tiene un clima continental predominantemente seco, aunque con muchas variaciones regionales. Las únicas zonas del país donde se disfruta de un clima suave y templado, muy similar al del Mediterráneo, es la estrecha franja de costa del Mar Caspio y algunos valles interiores de la cordillera de los Zagros. En el resto de Irán, el clima es árido y muy caluroso, incluso desértico en grandes áreas del interior. La zona meridional del país, bañada por las aguas del Golfo Pérsico, presenta temperaturas más suaves, a causa de la influencia del mar.

Las precipitaciones, concentradas exclusivamente entre los meses de octubre y abril, son muy escasas (apenas 25 mm anuales). Solamente son algo más abundantes en la región del Caspio y en los valles montañosos. En la región de la meseta iraní apenas llueve unos cuantos días al año y de forma muy leve. En todo caso, el índice de evaporación es superior al de precipitación, principal motivo de la escasez de cursos de agua regulares en gran parte del país.

La variedad climática de Irán se refleja en la coexistencia de desiertos secos con una alto índice de amplitud térmica, zonas dominadas por clima muy frío de alta montaña (las cumbres más elevadas de los Zagros están nevadas todo el año) y áreas que presentan veranos calurosos e inviernos suaves en los que las temperaturas rara vez bajan de los 10 ºC.

Vegetación de Irán

En Irán hay registrados hasta 8.000 tipos diferentes de especies vegetales, si bien su distribución es muy desigual y se adapta a las características climáticas de cada región.

En la región de los Zagros hay grandes masas boscosas. Es el bosque semi-húmedo en el que crecen especies de árboles como el roble, el olmo y el nogal. También hay bosques en los montes Elburz y las llanuras cercanas al Caspio. Allí son más comunes los árboles de hoja caduca como el fresno o la haya, mientras que en el este son más comunes los bosques de pistachos. También hay grandes extensiones de bosque bajo, muy parecido al del Mediterráneo.

El paisaje de la meseta iraní está dominado por una cubierta herbácea, mientras que en las zonas más áridas y los desiertos la presencia vegetal se limita a matorrales y varias especies de cactus.

Además, en las regiones más húmedas, especialmente en las zonas cercanas al Mar Caspio, se pueden encontrar extensas áreas de humedales y pantanos, hogar de una gran variedad de plantas acuáticas. Estos humedales son de vital importancia para muchas especies de aves migratorias que hacen una parada en su largo viaje.

Fauna de Irán

Irán cuenta con un fauna autóctona muy variada. Al igual que sucede con la vegetación, es el clima el factor que determina la distribución de cada especie.

Así, por ejemplo, en las regiones montañosas encontramos halcones, osos, cabras y asnos salvajes, en los bosques hay lobos, jabalíes, ciervos, perdices y faisanes. En las aguas del Caspio abundan truchas, esturiones y otros peces, mientras que la franja costera del Golfo Pérsico es el hogar de pelícanos y flamencos.

Por último, hay que destacar la presencia de gacelas y conejos en la meseta iraní. Pero sobre todo este es el hábitat del leopardo de Persia, que actualmente solo se puede encontrar en algunas zonas de Irán, Azerbaiyán y Armenia. Se trata del leopardo más grande del mundo y por desgracia es una especie amenazada.

Además, Irán es hogar de una gran cantidad de reptiles y anfibios, incluyendo varias especies de serpientes, lagartos y ranas. En las regiones desérticas, se pueden encontrar animales adaptados a la vida en condiciones extremas, como el camello bactriano y el jerbo de orejas largas. En las zonas de montaña, se pueden observar especies como el muflón y el ibex de Sibiria. En las regiones costeras, tanto en el Mar Caspio como en el Golfo Pérsico, se pueden encontrar una gran variedad de aves marinas y especies de peces.