Suecia: Relieve
Suecia se encuentra en el núcleo del gran escudo fenoescandinavo. Su roquedo básico es muy antiguo, y abundan los granitos, gneis, pizarras, esquistos, y también antiguas rocas eruptivas y plutónicas. Son las raíces graníticas de la antigua cordillera caledoniana, que hoy en día aparece totalmente erosionada. Sobre este conjunto granítico se ha desarrollado un relieve glaciar, ya que el país estuvo totalmente cubierto de hielos hasta hace unos 10.000 años, hasta el fin de la última glaciación. Esto ha provocado que el sustrato metamórfico esté recubierto por capas, bastante ponentes, de sedimentos procedentes de la erosión glaciar, especialmente de capas de loes.
En Suecia podemos distinguir cuatro regiones naturales: la meseta septentrional, la zona costera, las llanuras centrales y la sierra meridional de Suecia.
La meseta septentrional es una zona de aspecto montañoso que se encuentra al norte del país, y que está ligeramente inclinada hacia el este, por lo que desciende desde las montañas que hacen de frontera con Suecia hasta la costa del golfo de Botnia en una sucesión de grandes terrazas escalonadas, donde se resuelve en una serie de costas bajas flanqueadas por pequeñas islas muy próximas. Esta unidad comprende el Norland, con la Dalecardia y Vaermland, y la zona norte de Dalsland. El aspecto montañoso de esta meseta se debe a la eficacia de la erosión glaciar, que ha excavado enormes valles, y entre ellos encontramos cimas redondeadas. Estos valles y cimas dividen el conjunto en una sucesión de múltiples mesetas perfectamente individualizadas, pero todas más o menos a la misma altitud. Las cumbres más elevadas son el Kebnekaise, de 2.133 metros de altitud, y el Saretjaukkau, de 2.089 metros de altitud. Estas cimas aún están cubiertas de nieves perpetuas y mantienen importantes glaciares. Hacia el este se encuentra la zona de Moraene, y los pantanos, que tienen una altitud media de entre 200 y 500 metros. Hacia el norte las mesetas se vuelven más onduladas, mientras que hacia el sur la erosión glaciar y fluvial ha creado estructuras mucho más escarpadas.
La zona costera, la costa oriental de la península escandinava, es muy diferente de la costa occidental. Esta está plagada de fiordos, mientras que en la costa sueca los fiordos son una rareza. Se trata de una costa baja y relativamente recta cuyo origen está en la gran cantidad de depósitos glaciares y fluviales que se han depositado en el curso bajo de los ríos, cubriendo las estructuras subyacentes y dando al relieve un aspecto regular. Estos depósitos se extienden a lo largo de unos 150 km, y su parte más alta se eleva hasta unos 250 metros sobre el nivel de mar.
Las llanuras centrales de Suecia son fondos marinos que han quedado resaltados tras la desaparición de los hielos de la última glaciación. En enorme peso que ejercían estos hielos mantenía el conjunto por debajo del nivel del mar, con su desaparición el continente ascendió lentamente hasta llegar a quedar en resalte los antiguos fondos marinos. Estas llanuras no son del todo uniformes, si no que presentan suaves ondulaciones, con cotas de unos 100 metros de altitud. Aquí se encuentran los montes Kinnekulle, Billingen y Omberg, que tienen altitudes de entre 200 y 300 metros. En esta zona hay numerosas zonas deprimidas, que alojan lagos.
La sierra meridional sueca, o sierra de Smauland es el afloramiento del escudo fenoescandinavo. Llega hasta la costa meridional y occidental. Se trata de una penillanura ondulada siempre por encima de los 100 metros de altitud y con las mayores cotas en torno a los 350 metros, como los picos Tomtabacken (377 m) y Taberg (343 m). Predominan aquí las rocas metamórficas, como el granito, pero en muchas partes están recubiertas por depósitos morrénicos arenosos.
En el extremo sur del país se encuentran las tierras bajas de Escania, que tiene regiones incluso por debajo del nivel del mar, y se protegen de los embates marinos por medio de cordones de arena costeros a la manera de pólderes.
Además de estas regiones, Suecia también cuenta con una serie de islas que aportan una gran diversidad al paisaje. Entre las más destacadas se encuentran Gotland y Öland en el mar Báltico, que son famosas por sus paisajes de llanuras y colinas suaves, y por su rica historia que incluye restos arqueológicos de la Edad de Bronce y la Edad de Hierro. También es importante mencionar el archipiélago de Estocolmo, que consta de unas 30.000 islas, islotes y rocas, y es un destino popular para actividades al aire libre como la navegación y el senderismo.
En cuanto a la hidrografía, Suecia cuenta con numerosos ríos y lagos. Los ríos más largos son el Klarälven, el Dalälven y el Torne, todos ellos con una longitud superior a los 500 kilómetros. Los lagos más grandes son el Vänern, el Vättern y el Mälaren, que son también los más grandes de toda Europa después del lago Ladoga y el lago Onega en Rusia.
En términos de clima, Suecia tiene un clima templado en el sur con inviernos fríos y veranos cálidos, y un clima subártico en el norte con inviernos muy fríos y veranos cortos y frescos. La variación climática, junto con las diferencias en el relieve, resulta en una gran diversidad de ecosistemas, desde los bosques boreales y las tundras en el norte hasta los bosques mixtos y los prados en el sur.