Los Alpes japoneses
Se conoce con el nombre de Alpes japoneses a una serie de cadenas montañosas localizadas en la parte central de Honshu, Japón. Es una barrera natural que la dividen la isla en dos mitades, norte y sur. Tienen una longitud este-oeste de 200 kilómetros y una anchura máxima norte-sur de 40 kilómetros.
El topónimo «Alpes japoneses» fue introducido por el arqueólogo inglés William Gowland y posteriormente popularizado por el misionero Walter Weston a principios del siglo XX. Históricamente, los japoneses no tenían ningún nombre para referirse a este conjunto, sino que designaban a cada una de las pequeñas sierras que lo conforman de forma individual.
Dentro de la cultura nipona, muchas de estas montañas se consideran sagradas y son el destino de numerosas rutas de peregrinación. Entre ellas destaca el Monte Tate (3.015 m.), en cuya cumbre se sitúa un templo budista.
Cordilleras de los Alpes japoneses
Esta formación orográfica se divide en tres grandes secciones, las cuales cuentan con picos que superan la cota de los 3.000 metros de altitud:
- Montañas Hida o Alpes del norte, las cuales se extienden por las prefecturas de Nagano, Toyama y Gifu. Su pico más alto es el Monte Hotaka (3.190 m), aunque el más popular es el antes mencionado Monte Tate. En su parte central se encuentran algunos pequeños glaciares, los más orientales del continente asiático.
- Montañas Kiso o Alpes centrales, enteramente en la prefectura de Nagano. La máxima elevación de esta cordillera es el Monte Kisokoma (2.956 m), accesible mediante un teleférico y hogar de una especie vegetal endémica muy característica: el Leontopodium shinanense.
- Montañas Akaishi o Alpes del Sur, en las prefecturas de Nagano, Yamanashi y Shizuoka. Casi todos los grandes picos de estas montañas se encuentran dentro de los límites del Parque Nacional Minami Alps, creado el 1 de junio de 1964. El Monte Kita (3.193 m) es la máxima elevación de esta codillera y de todos los Alpes japoneses.
Exploración y turismo
Debido a su consideración de montañas sagradas y a la escasa tradición de montañismo en el país, los Alpes japoneses apenas fueron explorados antes del siglo XX.
En este sentido, hay que considerar también que el microclima de esta región es uno de los más duros de Japón, con abundantes nevadas y temperaturas muy bajas. Además, la estructura morfológica de algunos de sus picos es especialmente compleja desde el punto del alpinismo. No en vano hasta el año 1907 no pudo ser escalado el Monte Tsurugi (2.999 m), considerado el «último pico inexplorado de Japón».
Las actividades económicas en la zona de los Alpes japoneses se han limitado a la explotación de los recursos naturales (tala, caza, minerales) hasta mediados del siglo XX, cuando se construyeron una serie de infraestructuras (varios teleféricos y la ruta alpina Tateyama Kurobe) que posibilitaron el desarrollo del turismo.