Laguna
Una laguna se caracteriza por ser un espacio natural que acumula agua, en general dulce, y cuyas dimensiones son menores que las de un lago.
La mayor diferencia entre estas dos formaciones naturales se encuentra en la profundidad de sus aguas. La profundidad varía según el grado de colmatación (cantidad de sedimentos acumulados) y las diferencias ambientales.
De acuerdo con las diferentes escuelas a las que pertenecen los especialistas, podemos clasificarlas de la siguiente manera:
– para España, una laguna debería tener no más de 15 metros de profundidad,
– para Estados Unidos, no más de 3 metros de profundidad,
– para la Argentina, no hay un límite exacto establecido, aunque se considera que sería de aproximadamente 10 metros, que es la profundidad en la que se forma la termoclina ―estrato dentro del agua donde la profundidad produce un cambio de temperatura―.
Siguiendo la clasificación de G.E.Hutchinson, las lagunas se caracterizan por ser poco profundas, con diferentes niveles de salinidad y de agua; con una considerable cantidad de nutrientes (eutróficos) y de sedimentos. O sea, son lagos polimícticos, lagos playos o lagos de tercer orden.
Algunas características de las lagunas son:
Dada la escasa profundidad de sus aguas, el contacto de los sedimentos con la superficie otorga a las lagunas una mayor productividad. También influyen los diferentes regímenes de lluvias, la geomorfología, y los variados usos que recibe el suelo. A su vez, la poca profundidad también incide en la penetración de los rayos solares hasta el fondo, factor que impide la formación de variedades de estratos térmicos (a diferencia de lo que sucede con los lagos, en los que puede distinguirse una zona afótica, o sea sin luz, de una fótica).
Incluso, en las lagunas es corriente encontrar a lo largo de toda la superficie plantas con raíces. En cambio, en los lagos y debido justamente a su profundidad, sólo podemos encontrar plantas con raíces bordeando las orillas.
Un ejemplo de una singular laguna es la Laguna de Venecia, ubicada en el norte del Mar Adriático. La laguna cuenta con una superficie de unos 550km2 de los cuales solo un 11% de su superficie es agua y un 8% es tierra (la ciudad de Venecia y otras islas). El 81% restante está compuesto por lagunas de agua salada y llanuras de pantanos y fango. En sus orígenes, muchas de las islas de esta laguna eran pantanosas, pero con el tiempo han sido drenadas y rellenadas para lograr que sean habitables. La ciudad de Venecia se encuentra en el centro de esta laguna, a 2km del mar abierto y a 4km de tierra firme. 160 canales separan 118 pequeñas islas, que a su vez están unidas por 400 puentes.
Las variaciones en las mareas y en los vientos modifican constantemente los niveles del agua en la laguna y en los canales de Venecia, debido a que estos están conectados al Mar Adriático por medio de tres bocas: Lido, Malamocco y Chioggia.
En cuanto a su función a lo largo de la historia, esta laguna fue refugio de las tropas romanas cuando se protegían de los bárbaros en el siglo VI y asistió al desarrollo de la República de Venecia y a su crecimiento marítimo.