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El Tornaviaje en el Océano Pacífico

Publicado por Daniel Terrasa

La palabra Tornaviaje, cuyo significado es «viaje de regreso» se aplica a la ruta marítima utilizada por los españoles a partir del siglo XVI para volver a las costas del continente americano desde su posesión de las islas Filipinas, al otro extremo del Océano Pacífico.

En aquellos tiempos, era de suma importancia poder utilizar una ruta de vuelta en dirección este, ya que el Tratado de Tordesillas firmado entre los reinos de España y Portugal no permitía a los españoles le impedía a España el establecimiento de una ruta marítima por el oeste, puesto que esta transitaría por la zona de dominio luso.

Desde la llegada de Magallanes y Elcano a Filipinas hasta el descubrimiento del Tornaviaje en aguas del Pacífico, transcurrieron cuatro largas décadas en las que los españoles no pudieron articular una conexión de ida y vuelta entre sus posesiones en América y sus dominios en Asia.

La cuestión quedó resuelta gracias a una expedición realizada en el año 1565 con el objetivo de encontrar un camino de vuelta desde Filipinas hasta el puerto de Acapulco, actualmente México.

La corriente de Kuroshio

El hallazgo de esta ruta se le debe a los navegantes españoles Miguel López de Legazpi y Andrés de Urdaneta. Estos zarparon desde el puerto filipino de Cebú rumbo noreste hasta alcanzar el sur del archipiélago de Japón. A partir de esta latitud, descubrieron que sus embarcaciones podían beneficiarse del impulso de la Corriente de Kuroshio en dirección este.

tornaviaje

La Corriente de Kuroshio (llamada «corriente negra») forma parte de la circulación oceánica del Pacífico Norte, transportando agua tropical cálida hacia el norte. Era una corriente desconocida para el mundo hasta que fue identificada por Urdaneta. De hecho, fue un secreto que los españoles mantuvieron oculto durante siglos a fin de asegurarse el dominio marítimo del Pacífico.

Al alejarse de las costas niponas, esta corriente toma rumbo este y adquiere más fuerza. Fluye aproximadamente entre los paralelos 30º y 38º hasta llegar a las costas de California, en América del Norte.

Esta corriente permitió trazar la ruta del Tornaviaje, que discurre por latitudes diferentes a las del «viaje de ida» hacia Filipinas. De este modo, hasta principios del siglo XIX España mantuvo activa la ruta comercial del Galeón de Manila (llamada así porque en este puerto filipino se iniciaba el viaje de regreso), conocida también como Nao de China. Un viaje de más de 7.000 millas náuticas.

La ruta del Galeón de Manila transporta plata americana a Asia y traía de vuelta mercaderías muy apreciadas como seda, té, porcelana y otros productos exóticos que llegaban a Europa tras pasar por América.