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Burundi: geografía humana

Publicado por Daniel Terrasa

Burundi cuenta con una población de cerca de 12 millones de habitantes. Bujumbura, donde viven unos 650.000 burundeses, es la capital y ciudad más poblada. Otras ciudades importantes son Gitega, en el centro del país, así como Muyinga y Ngozi en el norte.

La accidentada geografía montañosa ha sido un obstáculo para el crecimiento de las ciudades. A pesar de su bajo porcentaje de población urbana (en torno al 18 %), Burundi es un país densamente poblado. Su índice de densidad demográfica es de 430 habitantes por kilómetro cuadrado, una de las más altas de África. Además, la mayoría de la población se concentra en las zonas rurales, donde la agricultura es la principal actividad económica.

Al igual que en Ruanda, los tutsi y los hutu son las principales comunidades étnicas de Burundi. La comunidad hutu es mayoritaria (cerca del 80 %) que vive principalmente de la agricultura; en cambio el grupo tutsi, que supone aproximadamente el 15 %, ha sido históricamente un pueblo de pastores. La relación entre ambos grupos comenzó a cambiar durante el período colonial, cuando los administradores alemanes y belgas favorecieron a los tutsi sobre los hutu.

El 5 % restante engloba otras etnias como los pigmeos twa y algunos pueblos de habla swahili, localizados sobre todo a lo largo de las fronteras de Tanzania y la República Democrática del Congo. Es importante destacar que, a pesar de las diferencias étnicas, existe una fuerte cohesión cultural en Burundi, donde las tradiciones y costumbres locales son muy valoradas y respetadas.

Los idiomas oficiales de Burundi son el francés y el rundi (o kirundi), un idioma bantú que tiene la consideración de lingua franca en todo el país. El swahili, el idioma del comercio, es utilizado ampliamente en Bujumbura. Además, el inglés ha ganado popularidad en los últimos años, especialmente entre los jóvenes y en el sector empresarial.

La población cristiana de Burundi relativamente grande (75%), con claro predominio de los católicos sobre los protestantes. La minoría musulmana está en torno al 5 %. Las religiones tradicionales animistas se siguen practicando en todo el país, aunque de forma residual. Sin embargo, la libertad religiosa es respetada y promovida en Burundi, y se pueden encontrar diversas iglesias y mezquitas en todo el país.

Economía

Agricultura y recursos naturales

Aproximadamente la mitad de la superficie terrestre de Burundi se considera cultivable, y aproximadamente un tercio es apta para el pastoreo. Entre los cultivos más importantes para la exportación cabe destacar el café, el y el azúcar. El valor comercial de la producción ganadera es prácticamente nulo, ya que se destina por completo al consumo interno. Además, se cultivan alimentos básicos como el maíz, el sorgo, las batatas y las bananas, que son fundamentales para la seguridad alimentaria de la población.

En Burundi hay depósitos de níquel en la parte oriental del país, así como importantes reservas de vanadio, uranio y fosfatos. Se cree que podría haber reservas importantes de petróleo en el lago Tanganica y en el valle de Rusizi. Sin embargo, la producción de minerales es generalmente limitada, y la explotación de estos recursos se ve obstaculizada por la falta de infraestructura y la inestabilidad política.

Industria y comercio

La actividad industrial se limita a algunas plantas de procesamiento y fabricación a pequeña escala, concentradas principalmente en Bujumbura. En los últimos años, se han realizado esfuerzos para diversificar la economía y promover la inversión en sectores como la manufactura y las tecnologías de la información.

Burundi suele importar alimentos, bienes de capital y productos derivados del petróleo. Las principales exportaciones del país son café y té. En promedio, los ingresos de exportación son pequeños. Los principales socios comerciales del país son China, India, Suiza, la República Democrática del Congo y otros países africanos cercanos. Sin embargo, la dependencia de Burundi de las exportaciones de productos básicos hace que su economía sea vulnerable a las fluctuaciones de los precios internacionales.

El turismo en Burundi tiene un gran potencial, pero los conflictos del país han limitado severamente la llegada de visitantes a la región. No obstante, el gobierno está trabajando para promover el turismo sostenible y cultural, con el objetivo de atraer a más visitantes y generar ingresos adicionales para el país.