Religiones de Europa
Desde la expansión del Cristianismo durante la época del Imperio Romano, Europa ha sido un continente donde esta religión y sus variantes han sido predominantes. La cristianización se produjo en varias fases, abarcando primero el arco mediterráneo para acabar extendiéndose por el resto del continente a lo lago de la Edad Media y más tarde.
Con el paso del tiempo el Cristianismo se fragmentó. En el año 1054 se produjo el cisma que separó a las iglesias católica y ordodoxa. Después, durante el siglo XV, tuvieron lugar los movimientos reformistas dentro del catolicismo, de los cuales nacieron ramas como el anglicanismo o el luteranismo. Mucho antes de eso, en los primeros siglos de nuestra era, también nacieron iglesias cristianas independientes que aún perduran, como las de los cristianos armenios o los coptos egipcios.
Además, a partir de la Edad Moderna también se inició la era de las exploraciones y los descubrimientos, lo cual llevó al Cristianismo a otras partes del mundo como América, el África Subsahariana, Oceanía y ciertas regiones de Asia. Desde tiempos antes de la llegada del Cristianismo, Europa contaba con una rica diversidad de religiones paganas. Los pueblos indígenas de todo el continente adoraban a múltiples deidades y practicaban ritos asociados con la naturaleza. El Cristianismo, al introducirse, comenzó como una pequeña secta dentro del judaísmo durante el siglo I. Con la ayuda de misioneros y la conversión de figuras clave, el Cristianismo fue ganando adeptos en diversas regiones, enfrentando en ocasiones resistencia de las religiones establecidas.
Catolicismo
Se estima que cerca del 40% de los europeos son católicos. Esta fe predomina sobre todo en Europa central y occidental. Los países y regiones de mayoría católica son los siguientes: España, Portugal, Francia, Andorra, Irlanda, Bélgica, Luxemburgo, sur y oeste de Alemania, cantones meridionales de Suiza, Italia, San Marino, Malta, Austria, Liechtenstein, Eslovenia, Croacia, Hungría, Eslovaquia, República Checa, Polonia y Lituania.
Cristianismo Ortodoxo
El espacio geográfico de los cristianos ortodoxos, que rompieron con Roma en el siglo XI, se sitúa en Europa Oriental. Es mayoritario en Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Moldavia, Rumanía, Bulgaria, Grecia, sur de Chipre, Georgia y en buena parte de los Balcanes, especialmente Serbia. El cisma de 1054 no solo dividió la Iglesia cristiana en católica y ortodoxa, sino que también reforzó diferencias culturales y políticas en Europa. Esta separación llevó a un distanciamiento entre el Occidente latino y el Oriente griego, con implicaciones a largo plazo en la filosofía, arte y política de ambas regiones.
En Armenia la religión oficial es la
Protestantismo
Las versiones reformadas del Catolicismo se extendieron entre so siglos XV y XVI por el centro y el norte de Europa. Así, en la actualidad las iglesias luteranas y evangélicas predominan en el centro y norte de Alemania, en la mayor aparte de Suiza y los Países Bajos, en todos los países nórdicos (Dinamarca, Suecia, Noruega, Islandia y Finlandia) y en los estados bálticos de Estonia y Letonia.
A reseñar el caso del Reino Unido, donde, tras la ruptura del rey Enrique VIII con Roma en el siglo XVI, la religión mayoritaria es el Anglicanismo. La Reforma Protestante, iniciada por figuras como Martín Lutero y Juan Calvino, trajo cambios radicales en la estructura de la fe cristiana. En respuesta, la Iglesia Católica realizó el Concilio de Trento, marcando el inicio de la Contrarreforma, que buscó reafirmar la doctrina católica y reformar sus prácticas internas.
Religiones no cristianas
Aunque porcentualmente su tamaño es reducido, hay muchos europeos seguidores de religiones que no tienen nada que ver con el Cristianismo:
La expansión del Imperio Otomano por Europa Oriental a partir del siglo XV trajo consigo la implantación del Islam, que aun hoy es mayoritario en la Turquía europea y tiene mucho peso en algunos estados balcánicos como Albania, Kosovo, Bosnia-Herzegovina o Macedonia. La influencia del Islam en Europa no se limitó a la expansión del Imperio Otomano. Durante el período de Al-Andalus, entre los siglos VIII y XV, la Península Ibérica se convirtió en un centro de convivencia cultural. Este periodo de dominación musulmana fomentó el intercambio de conocimiento en áreas como la ciencia, la filosofía y las artes, cuyas contribuciones aún resuenan en la Europa contemporánea.
Además, a causa de la inmigración, existen importantes comunidades islámicas en muchos países de Europa occidental, especialmente en Francia, Bélgica y los Países Bajos.
Existen también comunidades judías en muchos puntos de Europa. Donde cuentan con una mayor presencia es en el Reino Unido, Francia, Alemania y Rusia. En Europa, las comunidades judías han tenido un impacto duradero, desde desempeñar papeles cruciales en el comercio medieval hasta contribuir al pensamiento filosófico y científico. Aunque enfrentaron persecuciones y expulsiones, especialmente durante la Inquisición y el Holocausto, su resiliencia ha asegurado una presencia continua y significativa, lo que ha enriquecido la diversidad cultural del continente.
Por último hay que señalar un caso curioso, el de la región rusa de Kalmukia, en la zona de los Balcanes, el único territorio europeo cuya religión mayoritaria es el Budismo.