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Tierras baldías

Publicado por Pablo Guerrero

Se llama tierras baldías o badlands al paisaje de tierras áridas, profundamente erosionadas por el agua y el viento, y ricas en lutitas. Diferentes formas geológicas son típicas de esta variedad de tierras: cárcavas, cañones, canales, barrancos, chimeneas de hada, entre otros.

El suelo de las badlands puede estar formado por diferentes capas de sedimentos que se presentan con variados colores. Por ejemplo, puede tener capas de carbón, representadas con color negro azulado oscuro; capas de caolín y yeso, que se presentan blancas, o capas de alguna variedad de arcilla, que se manifiestan de color rojo brillante. En general, caminar por estas tierras baldías no es sencillo.

El origen del término “tierra baldía” es doble: los franceses llamaron a este tipo de topografía les mauvaises terres à traverser, traducido como las tierras malas para cruzar, y el pueblo Lakota las llamó mako sica, o sea, malas tierras. Las condiciones climáticas extremas tienen un papel fundamental en la erosión de las tierras baldías. La alternancia entre lluvias intensas y periodos de sequía genera un ciclo que acelera la erosión de sedimentos sueltos. Las lluvias esporádicas y abundantes pueden remover de forma abrupta las capas superficiales, mientras que las sequías prolongadas contribuyen a la agrietación de la tierra, facilitando tanto la erosión por el viento como por el agua. Ambos acertaron al bautizar este tipo de tierras, ya que las badlands se generan en zonas de lluvia esporádica pero sumamente intensa y con escasa flora, factores que benefician una erosión desoladora. A su vez, la topografía se caracteriza por presentar cuestas abruptas en las que abunda la tierra suelta y la arcilla, dificultando atravesar estas tierras con comodidad.

A pesar de las duras condiciones, diversas especies de flora y fauna han desarrollado adaptaciones únicas para sobrevivir. La vegetación, como arbustos y gramíneas, suele tener raíces profundas que les permiten alcanzar agua subterránea. En cuanto a la fauna, especies como el lagarto cornudo y el coyote, encuentran refugio y sustento en estas áreas, demostrando una sorprendente capacidad de supervivencia en entornos hostiles.

Ayudados por la erosión, que expone las diferentes capas de tierra, y por la escasa vegetación de estos paisajes, los agrimensores han podido encontrar restos fósiles de gran importancia.

Las badlands se pueden hallar en Canadá y en los Estados Unidos. En Canadá, en la región de Alberta se pueden encontrar numerosas extensiones de estas tierras, especialmente en el valle del río Red Deer, en el Parque Provincial de los Dinosaurios. En Drumheller, Alberta, en una zona de tierras baldías en las que se encontraron numerosas capas de fósiles, se encuentra el Royal Tyrrell Museum of Paleontology, donde se exponen los fósiles de esta región. En los Estados Unidos, pueden encontrarse numerosas tierras baldías en el estado de Dakota del Norte, en el Theodore Roosevelt National Park; en el estado de Dakota del Sur, en el Badlands National Park; al noroeste de Nebraska, en el Toadstool Geologic Park, que se encuentra dentro del Oglala National Grassland.

Las tierras baldías no son exclusivas de América del Norte. Existen formaciones similares en Argentina, especialmente en Ischigualasto, conocidas por su valor paleontológico. En Europa, el Desierto de Tabernas en España ofrece un paisaje que refleja características típicas de las badlands.

También en España se pueden encontrar este tipo de tierras en la provincia de Granada, en la Andalucía Oriental, alrededor del valle de los ríos Guadix y Farde; en Almería, donde ocupan el 15% del territorio y en el valle del Ebro (en las Bardenas Reales y en los Monegros).

Lutita:

La lutita es una roca formada por detritos y compuesta por partículas no mayores en tamaño que el limo y la arcilla. Las lutitas de color negro corresponden a las compuestas con materia orgánica, siendo las lutitas bituminosas las que abundan en materia orgánica. Las blancas o verdes corresponden a un medioambiente con depósitos mínimamente reductores, las de color rojo y amarillo, a un medioambiente oxidante. Estas rocas son famosas por ser sumamente porosas y permeables, razón por la cual se las conoce como la roca madre. Las lutitas pueden convertirse en ampelitas y se caracterizan por sus propiedades de compactación y de deshidratación.

En respuesta a la importancia geológica y paleontológica de las tierras baldías, se han desarrollado esfuerzos de conservación para proteger estos ecosistemas. La preservación de estas áreas no solo salvaguarda el patrimonio natural, sino que también asegura la continuidad de investigaciones científicas esenciales que contribuyen al entendimiento del pasado de la Tierra.