Chimenea de hadas
En geomorfología, una chimenea de hadas es como una gran columna natural de rocas blandas, en general de origen sedimentario, cuya cima está formada por una roca de mayor resistencia que protege esta columna de la erosión. Son un tipo de accidente similar al que ocurre con los farallones de las costas, erosionados por el mar.
Estas chimeneas son frecuentes en los desiertos, en zonas áridas, calientes y secas y se diferencian de las agujas o pináculos en que las primeras varían en su espesor, mientras que las segundas, los pináculos o agujas, tienen un relieve más suave o un espesor más parejo que se va afinando hacia la cima. El tamaño de la torre rocosa es muy variable: puede tener desde la altura de un hombre hasta la de una construcción de diez pisos. Los diferentes minerales que las componen permiten apreciar variedades de colores a lo largo de su superficie, dándoles un especial atractivo.
En Turquía, en la zona de Capadocia, y en EE.UU., en el Parque Nacional del Cañón Byrce, se encuentran las chimeneas de hadas más conocidas. En el Cañón del Colorado también pueden observarse y son un gran atractivo turístico. Estas figuras se encuentran también en otras partes de la Tierra y, en general, dan origen a supersticiones, creencias y leyendas.
Estas columnas de rocas, formadas por la naturaleza, presentan variadas formas y tamaños, ya que fueron creadas por diferentes factores erosivos.
Las chimeneas de hada son producto de diferentes tipos de erosiones, dependiendo del lugar en donde se encuentren. La erosión puede ser causada por la fuerza de las lluvias y por la reacción química provocada entre la roca y el agua. El viento y la alternancia de períodos de hielo y de deshielo también les causan efectos erosivos.
Los hoodoos están formados de estratos o capas de rocas friables (como la calcárea), pero la cima está compuesta por una capa (como gres o algún tipo de roca más gruesa y dura) que protege de la erosión a los estratos más débiles de la columna. Esta roca dura protege a las más blandas, pero en las partes que no hay roca dura, la erosión hace desaparecer los estratos blandos.
El mismo peso de la roca dura superior contribuye a solidificar la columna, ejerciendo presión sobre sus capas internas y reforzando su resistencia. En algunas de ellas, la calcificación también refuerza su resistencia.
En Turquía, en la zona de capadocia, las torres rocosas son de origen volcánico. Están formadas por una capa de basalto (proveniente de las erupciones de los volcanes) que reviste una capa más suave de ignimbritas. Estas torres también aparecen en las regiones de los antiguos glaciares, donde se encontraban las morrenas. En estos casos, las rocas provenientes de los glaciares protegen a las capas menores del suelo. En Bryce Canyon, la piedra superior está compuesta por magnesio, pero las capas menores son de piedra calcárea.