Relieve tabular
Se llama relieve tabular a la orografía de estratos que forman tablas. Se constituyen en rocas sedimentarias de origen reciente que no sufrieron tensiones orogénicas.
Es frecuente encontrar este tipo de relieve en cuencas sedimentarias cuya amplitud permita a las capas de sedimentos distribuirse horizontalmente. También se pueden apreciar variedades litológicas que presentan distintas reacciones ante los agentes erosivos, especialmente ante las arcillas, calizas y margas.
La estructura más frecuente es el plano exhumado o superficie estructural, originada por el surgimiento de una capa dura y plana de calizas. En general, este plano exhumado se deposita cuando la erosión ya ha desintegrado varias de las capas superiores. En consecuencia, es posible observar una serie de diferentes niveles de planos exhumados.
El drenaje del terreno provocado por la red hidrográfica actúa aislando los diferentes planos exhumados. De esta manera, se estructuran los valles de cornisa, las mesas, los páramos y los cerros testigo (llamados también oteros o muelas). Por lo tanto, los valles de cornisa son los relieves que han quedado luego de haber sido horadados por las aguas de los ríos al cortar la superficie estructural y los cerros testigo, páramos y mesas son los restos de planos exhumados que quedaron aislados por estos valles.
Se denomina campiña a la capa subyacente que aflora presentando formas llanas compuestas de arcillas y de margas con leves ondulaciones.
En el sector donde se ponen en contacto la campiña y la superficie estructural se pueden apreciar el escarpe (también llamada cornisa) y el glacis (llamado también piedemonte o talud). El escarpe se encuentra en el frente de la capa sólida de caliza y presenta un quiebre de pendiente escarpada y vertical. En cambio, el glacis tiene una pendiente un tanto más suave que une al plano exhumado superior con otro derivado más blando, formado por margas o arcillas. Estas áreas de contacto pueden ser rocosas (glacis de erosión), detríticas (glacis de acumulación) o una mezcla de ambos glacis. Los glacis de erosión presentan un knick, una clara separación con las laderas de la formación rocosa; mientras los de acumulación no presentan rupturas en las laderas. En cambio, en los glacis mixtos se puede observar en la parte superior, formaciones de roca viva; y en la inferior, el depósito de detritos.
Entre ambas superficies, la superior y la inferior, se pueden presentar numerosas capas derivadas, donde el talud puede presentar rupturas que se conocen con el nombre de hombreras estructurales, y que corresponden a las rupturas de las capas duras que toman forman como una escalera (conocida como estructura de cornisa-glacis).
Una vez que la erosión ha logrado desmantelar las capas sedimentarias reaparece el sustrato cristalino. Si esto ocurre, pueden quedar residuos aislados de materiales sedimentarios que darán origen a los cerros testigo.