El Polo Norte magnético y su movimiento
Nuestro planeta está rodeada por un campo magnético que le protege de la radiación cósmica. Como todo campo magnético, también cuenta con dos polos, uno situado al norte y otro al sur. El Polo Norte Magnético es el lugar de la Tierra al que apuntan las agujas de las brújulas. El polo geográfico se mantiene fijo en una ubicación exacta: en la que coinciden toas las líneas de longitud o meridianos
En cambio, la ubicación del polo norte magnético es variable y no coincide con la del polo geográfico. La diferencia entre ambos se conoce como declinación magnética.
Los navegantes del siglo XII son los que se dieron cuenta de que la dirección hacia la que apuntaba la brújula no coincidía exactamente con el norte geográfico. En aquellos momentos todavía no se sabía que el polo magnético variaba constantemente en su posición. Entonces se trató de establecer una posición exacta, ubicada en algún punto cerca de la isla de Murmansk, en el Ártico. En su famoso mapa de 1606, Mercator ilustraba el Polo Norte como una gran roca negra magnética, llamada Rupes Nigra (ver imagen).
Finalmente en el año 1831 se logró establecer la posición exacta del Polo Norte Magnético gracias a la expedición de James Clark Ross. En aquel momento 70 grados 05,3 minutos N, 96 grados 46 minutos O. Más tarde, en 1904, Roald Amundsen fijó ese punto en 70 grados 31 minutos N 96 grados 34 minutos W.
Ambos tenían razón. La explicación era que el polo magnético se movía. Desde que se midiera por primera vez hasta hoy, este se ha ido desplazando a lo largo de más de 1.100 kilómetros desde las costas de Canadá hacia el extremo más septentrional del planeta.
¿Por qué se mueven los polos magnéticos?
La posición de los polos magnéticos, tanto el del norte como el del sur, cambian constantemente debido a los cambios en el núcleo de la Tierra. Esta es una respuesta del campo magnético terrestre a la lluvia de partículas de carga que emite el sol y que lo golpean día tras día.
Hay que explicar que el núcleo terrestre está formado por un centro de hierro sólido rodeado a su vez por una gruesa capa de hierro líquido y níquel. Es el movimiento de este metal líquido el que crea el campo magnético terrestre.
La «ruta» del Polo Norte Magnético continúa día a día a un ritmo de 60 kilómetros al año. Los patrones predictivos apuntan a que proseguirá hacia el sur alcanzando las costas del norte de Siberia en algunos años.
A muy largo plazo, se producirá un fenómeno conocido como inversión geomagnética (cuando los polos magnéticos sur y el norte intercambian su posición) que ya ha tenido lugar muchas veces a lo largo de la historia de nuestro planeta. Sucede aproximadamente cada 300.000 años, aunque con rangos muy amplios. La última vez tuvo lugar hace unos 780.000 años.