La Geografía y las nuevas tecnologías (y 4)
Hemos dejado claro que las nuevas tecnologías modifican el espacio geográfico y su impacto se puede abordar desde la Geografía, pero ¿en qué lugares debemos buscar estos impactos?
Cada sector económico se verá afectado por un tipo diferente de nueva tecnología, y su impacto será diferente, pero algunos serán comunes, como por ejemplo los que ponen los bienes en el mercado: mecanismos y centros de distribución, lugares de intercambio, estructura del mercado de consumo, etc.; y también será necesario analizar la estructura del mercado laboral y los recursos humanos.
El espacio productivo cambia con las nuevas tecnologías. No se trata sólo de estudiar los cambios que las novedades introducen en la producción industrial o agrícola, si no también en los servicios. Una de las ventajas que tenía toda empresa en localizarse cerca de otras era que se podían compartir gran parte de los servicios, son las economías de aglomeración, pero las nuevas tecnologías permiten acceder a ciertos tipos de servicios que no están presentes en el espacio físico de la localización empresarial. Así pues, estas ventajas se difuminan, y permiten la localización de empresas en territorios nuevos.
La nueva localización de una industria conlleva la reorganización de los circuitos de transporte de mercancías y trabajadores, para cubrir sus necesidades, apareciendo en el paisaje nuevos usos. Esto no sólo implica que se deban crear nuevas infraestructuras de transporte, si no también, que las ya existentes pierden, en gran medida, su función.
El avance de las nuevas tecnologías en el sector del transporte permite trasladar mayores volúmenes, más lejos, más rápido y a precios más baratos. El impacto ha sido tal que, en buena medida, el coste del transporte físico es irrelevante (cosa distinta son las ganancias de las empresas de transporte y las operaciones de carga, descarga y almacenaje). Un invento aparentemente tan inocente como el contenedor que permite que se apile en barcos, se monte en trenes o se remolque con camiones, a abaratado considerablemente el conjunto del transporte.
El que el transporte sea tan barato significa que la localización de una planta industrial no depende de la existencia de materia prima, ni de un mercado próximo. Los factores de localización decisivos son el precio de la mano de obra, la legislación fiscal y empresarial, y la cualificación de los trabajadores.
Todo esto ha permitido crear un circuito mundial de materias primas y productos semielaborados y bienes de consumo entre los países en vías de desarrollo y los ricos. Por esta razón los organismos de control de la economía mundial (OMC, FMI) centran sus esfuerzos en la anulación de las tasas de aduana.
Estamos hablando de los lugares de producción y consumo, pero también hay que analizar los espacios de decisión, el dónde se ubican los centros de decisión de las empresas, y cómo se comunican con sus lugares de producción.
El mercado de trabajo y los recursos humanos también se ven afectados por las nuevas tecnologías. No está resuelto el asunto de si las nuevas tecnologías provocan paro o no. La aparición de paro en determinadas regiones modifica la estructura de la población, y su relación con el espacio.
En principio las nuevas tecnologías requieren de menos fuerza de trabajo, por lo que para conseguir la misma producción se necesitan menos trabajadores, lo que implica un aumento del paro. Pero las nuevas tecnologías están creando nuevos trabajos, que absorben los excedentes, con lo que el paro disminuye. Esta disminución del paro permite que una mayor cantidad de personas tengan recursos para consumir, con lo que la producción debe de aumentar, y el incremento de la producción hace aumentar la demanda de mano de obra, aun considerando la producción con nuevas tecnologías.
En la actualidad el modelo del trabajador es el que se ocupa a tiempo completo (ocho horas o más) a la producción de una empresa, y el que no, está parado. Pero el aumento de la productividad hace que sea necesario menos tiempo para obtener lo que se requiere. ¿Es posible un modelo de trabajo en el que cada trabajador se ocupe de media jornada, duplicando el número de trabajadores activos con un coste similar para la empresa y unos ingresos suficientes para los trabajadores? Los modelos de reducción de la jornada laboral se están demandando en muchos países, aunque aún no han producido efectos apreciables. También se han planteado modelos de horarios compatibles con las obligaciones familiares.
Un problema asociado es cómo se emplea el tiempo libre que permite el uso de nuevas tecnologías. Se demandan nuevos servicios de ocio, y frecuentemente en el que el coste no sea demasiado elevado. El tiempo de ocio no es sólo tiempo de compras. La vivienda se convierte en un espacio central de convivencia mucho más decisivo que en los modelos clásicos; y con la vivienda el barrio y los lugares de ocio próximos. Se demandará una mayor calidad del espacio vivido cuanto más tiempo se pase en él, tanto si es privado como público. Los espacios lúdicos y educativos, desde lugares en los que hacer deporte a bibliotecas, tienen una importancia mayor.
También los espacios de consumo sienten el impacto de las nuevas tecnologías, gracias a la telecompra y la telepresencia. No sólo se trata de modificar los centros comerciales, implica tener modelos de distribución y almacenaje que permitan un servicio rápido y eficaz.