La Geografía y las nuevas tecnologías (3)
La informática es el segundo conjunto de nuevas tecnologías que más ha cambiado nuestras vidas, sobre todo en lo que al cambio de tareas en el trabajo, y especialmente en la cantidad y la velocidad del tratamiento de la información. Su impacto en el espacio es claro, ya que la informática se ha convertido en central en muchas tareas de servicios. Estos, y gracias a su capacidad de tratar la información, permite solucionar asuntos sin necesidad de desplazamiento. La ofimática asociada a la informática ha revolucionado los trámites burocráticos, especialmente los privados, pero también los públicos. Otro impacto de la informática sobre el espacio es la posibilidad de ofrece de controlar procesos automáticos y robóticos a distancia.
La informática tiene como derivada los sistemas expertos, capaces de controlar los flujos de manera adecuada en función de las circunstancias: tráfico, energía eléctrica, aguas, etc.
Sin necesidad de llegar a los sistemas expertos la informática es esencial para el desarrollo de la robótica y la automatización. Gracias a la microelectrónica y la informática las tareas que se pueden robotizar son infinitas, muchas más que las tradicionales con engranajes como el reloj, y con la ventaja de ser reprogramables, con lo que una misma máquina puede servir para diversas tareas. Además, estos robots pueden ser controlados por sistemas expertos y a distancia. Son, además, mucho más baratos. Gracias a estos sistemas robotizados y reprogramables una misma empresa es capaz de ofrecer servicios a una demanda local concreta, lo que permite su instalación en el espacio con poblaciones menores.
Las telecomunicaciones han influido en la transformación de la sociedad y el uso del espacio de manera radical. Se ha pasado de un modelo en el que los medios de comunicación informaban preferentemente de lo que ocurría en su ámbito de difusión a un modelo en el que la difusión es, realmente, planetaria, con el único límite del idioma. De esta manera, los medios de comunicación ya no tienen porqué mirar sólo al entorno en el que están instalados sino que pueden informar de aquello que le interesa a sus lectores que puede estar en ámbitos geográficos dispersos. La producción de la información se puede descentralizar, situándose allí donde se producen las noticias sin necesidad de ubicar la empresa cerca de ninguno de ellos.
Particularmente interesante es el impacto de la implantación sobre el espacio geográfico de los canales de transmisión de la información: cable y antenas de ondas. Estos elementos han aparecido en el paisaje rápidamente y lo han transformado. Las ondas, incluso, permiten el acceso a la información en cualquier punto del globo terrestre, e incluso fuera de él. Las comunicaciones por satélite han hecho surgir una red que orbita en torno al planeta garantizando las transmisiones.
Los satélites en torno a la Tierra no sólo se usan para trasmitir datos, también los generan. Son los satélites de teledetección, que dependiendo de la escala a la que actúen ofrecen informaciones nuevas y rápidas sobre las características del espacio geográfico en el que nos movemos. Muchos gobiernos se muestran reticentes ante el reciente acceso del público a estos datos.
Las nuevas tecnologías permiten no sólo la satisfacción y ofrecimiento de servicios a distancia, si no también, la telepresencia; es decir a través de vídeo y redes de ordenadores conectados se puede ver lo que pasa en un determinado lugar y ofrecer soluciones. La telepresencia es fundamental en la exploración de otros planetas, como Marte, ya que permite la manipulación de robots por control remoto y recoger muestras, analizarlas, hacer fotos, etc. Esta es una tecnología muy común en el ámbito sanitario, donde se la llegado a hacer operaciones a distancia. Sin llegar a tales extremos el diagnostico primario y el control de enfermos con movilidad reducida localizados en lugares lejanos se ha hecho posible, sin otro límite que la inversión de los poderes públicos en estos servicios. También el ámbito de la justicia se ha beneficiado de la telepresencia, garantizando los derechos procesales sin necesidad de trasladar a los presos, o garantizando el anonimato de determinados testigos. Así, la telepresencia permite ejecutar actos materiales en un punto del espacio desde otro que está alejado.