La India: Economía, generalidades
La India es una de las principales economías del mundo, la cuarta por paridad de poder adquisitivo, aunque su peso está muy lejos de las posibilidades que por su población puede alcanzar. A pesar de sus 1.200 millones de habitantes su mercado interior es exiguo, debido a la gran extensión de la pobreza, que hace que la renta per cápita se sitúe sobre los 800 dólares estadounidenses. Su índice de desarrollo humano es medio (0,619). Más de un tercio de la población está bajo el límite de la pobreza.
En la India el peso de la agricultura es muy grande. Supone el 17% del PIB y acoge al 60% de la población activa, lo que indica su bajísima productividad. La industria supone el 29% del PIB y acoge al 12% de los trabajadores, y los servicios son el 54% del PIB y el 28% de la fuerza laboral. A pesar de su rápido crecimiento, superando el 6% anual durante muchos años, su estructura económica sigue estando muy lejos de los países desarrollados, sin embargo sí que existe en la India una clase media desarrollada, que convive, a muy poca distancia, con inmensas bolsas de miseria.
En la India encontramos, pues, grandes desigualdades, con enormes bolsas de miseria y población dependiente, pero que es, a la vez, un gran recurso de mano de obra barata, aunque poco cualificada. Su nivel de consumo es muy bajo, aunque tiende a incrementarse extraordinariamente cuando acceden a una posición económica más estable. Junto a ellos hay una amplia clase media que se asemeja en productividad y consumo a las de cualquier país desarrollado.
A pesar de estas desigualdades la India tiene un aparato administrativo grande y eficaz, heredado de la administración británica, gestionado por funcionarios bien formados y con un sistema de gestión moderno.
La India fue colonizada por el Reino Unida hasta 1947, por lo que está acostumbrada a los usos comerciales y empresariales liberales propios de los países desarrollados, y forma parte de la Commonwealth por lo que su mercado potencial y la introducción de sus productos en el mundo desarrollado es relativamente fácil. De esta época data lo esencial del diseño de su red de carreteras y ferrocarriles, y la creación de algunas importantes ciudades, que se convirtieron en buenos puertos comerciales, como Calcuta.
Tras la independencia la India tiende a adoptar una política socialista matizada, con planificación de la economía, para ajustar los recursos a las necesidades de la población, y la nacionalización de ciertos sectores, como los bancos más importantes, minas, energía, industria y las reformas agrarias. Esta nacionalización de los grandes sectores se combinó con la promoción de pequeñas y medianas empresas totalmente privadas. Todo esto se completó con reformas legales que impedían el acceso de amplias capas de la sociedad a la economía productiva, como la eliminación legal de las castas y la autorización de heredar a la mujer. Los planes quinquenales no siempre han producido los resultados esperados. Han tenido el defecto de que no han apostado por un crecimiento de todos los sectores económicos, si no que los primeros se centraron en la agricultura, para la asunción de la revolución verde, los siguientes en la industria pesada y los actuales en la industria ligera y la renovación de la industria obsoleta.