Costa Rica: economía
Con 11.100 dólares de renta per cápita Costa Rica se sitúa entre los países pobres del mundo, pero a un nivel muy superior del resto de los países de su entorno. Esta relativa bonanza se debe a la estabilidad política, y su pobreza a la excesiva dependencia de una economía agrícola muy entrada en la exportación. No obstante, la economía costarricense está en pleno proceso de cambio. Desde la década de 1990 no es la agricultura el sector dominante, sino los servicios, especialmente el turismo, y los bienes tecnológicos de alta calidad. La cadena de ensamblaje de Intel es una de las más importantes del país. En Costa Rica, gracias a su estabilidad política y social, se han radicado la mayoría de las multinacionales que sirven a la región del Caribe.
Costa Rica no ha abandonado del todo la exportación de productos agrícolas: banano, café, azúcar, cacao y piña. Entre todas destaca la producción de café, de alta calidad y muy apreciado en el mercado estadounidense y España. A estos productos tradicionales hay que añadir en importancia otros nuevos y de mayor valor añadido, como flores y minivegetales.
Gracias al nuevo impulso de la economía de Costa Rica la pobreza se ha reducido sustancialmente en los últimos años, lo que ha permitido la creación de una fuerte seguridad social. En la actualidad, la economía costarricense está creciendo en torno al 5% anual. Su talón de Aquiles es la inflación, que supera el 10% anual, y la deuda interna, aunque tiende a disminuir. Por el contrario la deuda externa es pequeña, ya que la política costarricense nunca ha permitido la dirección de su economía por parte de los organismos internacionales.
Costa Rica tiene firmados tratados de libre comercio con los países de América Central, México, Estados Unidos, República Dominicana, Chile y Trinidad y Tobago; y ha firmado un tratado con la comunidad del CARICOM (países del Caribe). Estados Unidos es, de lejos, el principal mercado del país.
Además de esta economía orientada a la exportación en Costa Rica encontramos otra orientada al consumo interno, pero mucho más débil. No obstante, parte de los productos que se obtienen para el mercado internacional cubren, también, las necesidades locales.
La balanza de pagos costarricense es claramente negativa debido a que ha de importar todos los combustibles fósiles para el transporte. Hay que señalar que Costa Rica es el principal productor de energía eléctrica de la región, gracias a la hidroelectricidad. No sólo se abastece, sino que también la exporta. También es necesario importar automóviles, maquinaria industrial, electrodomésticos, trigo, cebada y maíz amarillo, entre otras cosas. La mitad de las importaciones viene de Estados Unidos.
Las infraestructuras viarias de Costa Rica son de mediana calidad. Casi todas las poblaciones del país están conectadas por carretera, aunque no están siempre en buenas condiciones. El eje principal es la carretera Panamericana (o Intermericana), que conecta con Nicaragua y Panamá. La costa del Caribe y la de Pacífico se conectan a través del Valle Central, pero directamente entre sí sólo de manera deficitaria. El ferrocarril, que tenía muchos kilómetros construidos, servía a las necesidades de las grandes plantaciones, por lo que conectaban estas con los puertos. Desde 1992 no funcionan más que algunas líneas reactivadas para las plantaciones. Los puertos se han quedado pequeños para mantener el ritmo de crecimiento del comercio marítimo.
Las cifras muestran claramente el cambio en la economía costarricense. Los servicios suponen más del 63% del PIB, la industrial el 28% del PIB, y la agricultura el 9% del PIB. La fuerza laboral se concentra en los servicios 58%, la industria 22% y un alto 20% en la agricultura. La tasa de desempleo se eleva hasta el 7%. A pesar de esto el 22% de la población está bajo la línea de la pobreza.