España: clima y vegetación
La península ibérica tiene, casi en su totalidad, un clima mediterráneo, aunque también está presente el clima marítimo de la costa oeste y el clima subtropical seco. A esto hay que añadir el clima tropical seco y húmedo de Canarias. El clima mediterráneo dominante tiene una marcada tendencia a la continentalización, tanto por la elevada altitud media de la península como por la orla montañosa que impide el paso de los vientos húmedos del oeste.
Los centros de acción que dominan la península son el anticiclón de las Azores, con masas aire tropical marítimo cálidas y húmedas; y el frente polar que trae aire polar marítimo frío y húmedo. Otros centros de acción menores son: la depresión de Liguria, que actúa en otoño; el anticiclón siberiano, que actúa en invierno y permite la aparición de anticiclones térmicos locales en el centro de la península, y la borrasca subsahariana, que actúa en verano enviando aire tropical continental a la península.
Las islas Canarias tiene un clima tropical seco y húmedo de gran estabilidad térmica y del régimen de lluvias. Los centros de acción que afectan a Canarias son: la zona de convergencia intertropical y el anticiclón de las Azores, que gobiernan los alisios. Pero también aquí llegan los coletazos de las borrascas del frente polar. El clima canario está dulcificado por la presencia de la corriente fría de Canarias.
Teniendo en cuenta esto en España podemos distinguir los siguientes tipos de clima:
El clima marítimo de la costa oeste que se da en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Pirineos y las vertientes norteñas de las cordilleras Costero-Catalana. Se caracteriza por tener unas precipitaciones constantes, y unas temperaturas suaves. En España las precipitaciones superan, por muy poco, los 800 mm y sólo determinadas regiones montañosas alcanzan los 1.000 mm.
El clima mediterráneo continentalizado se da en las dos mesetas y la depresión del Ebro. Se caracteriza por tener unas precipitaciones escasas, entre los 400 y los 600 mm, y unas temperaturas más bajas que la media.
El clima mediterráneo costero se da en la costa levantina, desde Gerona hasta Alicante, y en Baleares. Es más benigno, algo más lluvioso (en torno a los 700 mm) y más cálido. La gota fría se presenta en otoño, y son muy violentas.
El clima mediterráneo del suroeste se da en Andalucía occidental y parte de Extremadura. Se caracteriza por ser más lluvioso, casi 800 mm, y con unas temperaturas más suaves en invierno y calurosas en verano.
El clima subtropical seco se da en Almería y Murcia, y en las islas Canarias en las zonas que miran al oeste y en las islas de orientales. Se caracteriza por ser un clima seco, menos de 300 mm, y caluroso.
El clima tropical seco y húmedo lo encontramos en las islas Canarias, en las partes orientadas a favor de los alisios y en las montañas.
La variedad biogeográfica de España es muy notable. La península ibérica se encuentra en la zona de transición entre dos regiones: la Eurosiberiana y la Mediterránea, del imperio Holoártico. Además, Canarias está en la región Macaronésica.
En la zona de distribución del clima marítimo de la costa oeste se da el bosque caducifolio, pero lo dominante, en casi toda la península, es el bosque mediterráneo, con la encina como árbol dominante.
Esta es una región muy humanizada. La intervención humana ha modificado notablemente el bosque, formando monte claro y dehesa. El bosque mediterráneo se degrada, de forma natural, en maquis, garriga y estepa, que se presenta en la zona más seca.
La región Macaronésica, está presente en Canarias y la costa sur, desde Tarifa al cabo de San Vicente, se dan especies como la aulaga, la sabina, palmeras y laurel. El drago es un endemismo característico de Canarias.
En España es muy importante el bosque y la vegetación de ribera, donde las plantas encuentran más recursos hídricos que les permiten pasar las épocas secas. Se dan especies como le olmo, el álamo y el chopo, es decir, especies caducifolias.
La deforestación ha sido un largo proceso que ha permitido conseguir tierras de cultivo y pasto, pero fue tan intensa que el bosque desapareció en muchas zonas. Fue necesaria la repoblación del bosque, que se hizo con plantas de crecimiento rápido. La vegetación española está sufriendo el impacto humano por medio de incendios y la contaminación, que afectan mucho a las especies naturales.
El relieve montañoso modifica localmente las condiciones generales del clima. Las precipitaciones se hacen más abundantes y frecuentes, y las temperaturas más frías. Esta diferencia climática permite la creación de una cliserie entre el piso basal y la cima; donde predominan, progresivamente, el robledal, los hayedos, el pino y la pradera.