Geografía
Inicio Biogeografía El problema de la basura

El problema de la basura

Publicado por Santiago

Commons Wikimedia: Centro de tratamiento de basurasUno de los problemas más urgentes de las sociedades actuales es la gestión de las basuras domésticas, urbanas y sanitarias. Es el problemas más difícil de solucionar de los poderes municipales, y requiere un estudio geográfico de tallado.

Para empezar debemos determinar qué es la basura. En realidad todo lo que deseamos eliminar de nuestro entorno inmediato es basura. Esto incluye restos orgánicos e inorgánicos de muy diversa procedencia; pero siempre con el ser humano como generador de ella. Son los seres humanos los que no encuentran utilidad satisfactoria a un producto, y desean deshacerse de él.

La cantidad de basura que una persona genera se ha incrementado con el desarrollo de la sociedad consumista. En modelos de sociedad en los que los objetos de consumo son pocos las basuras también lo son, y lo que es más, el porcentaje de objeto consumido con respecto al desechado también se menor, es decir, no sólo se consume menos si no que se aprovecha mejor. Esta es una de las claves para solucionar el problema de las basuras, aumentar el porcentaje de objeto de consumo útil. La basura es el último estadio del ciclo de los bienes de consumo, que comienza con la extracción de la materia prima, continúan con el proceso industrial y su uso como objeto de utilidad.

Esto nos demuestra que las basuras, si bien afecta a todo el mundo, es en los países ricos donde su gestión se convierte en problema debido a la gran cantidad y a su heterogeniedad.

Una vez que tenemos la basura debemos saber qué hacer con ella. La basura no sólo da mala imagen, también es foco de infecciones, un problema de salud pública que hay que eliminar, y un agente contaminante del medio de primer orden.

Podemos clasificar la basura en tres tipos:

    * Los residuos orgánicos de origen biológico.

    * Los residuos inorgánicos tanto de origen natural como industrial.

    * Los residuos peligrosos, que por su naturaleza implican un peligro contaminante o sanitario mayor, como los radiactivos, residuos medico-sanitarios y sustancias inflamables, corrosivas, reactivas, tóxicas, infecciosas o mutagénicas.

No se incluyen aquí los desechos propios del metabolismo humano: orines y excrementos, que tienen su tratamiento a través de las aguas grises y la red de alcantarillado.

El problema de las basuras no proviene sólo de su composición, de qué es lo que se tira, si no también de su concentración, es decir de la acumulación en puntos concretos que impide que sean eficaces los mecanismos que la naturaleza tiene para su integración y reciclaje.

Un problema acuciante para la gestión de las basuras es qué hacer con ellas, dónde acumularlas, y cómo transportarlas desde los hogares hasta su destino final. La acumulación de residuos en un basurero genera lixiviados contaminantes, es decir, concentraciones de líquidos y aguas que circulan por el interior del basurero y terminan en los acuíferos y los ríos. Esta es la causa por la que no todos los sitios más o menos despoblados son aptos para instalar un basurero. El vaso del depósito debe de tener una capa impermeable, generalmente arcillosa, situada en una depresión que garantice que los líquidos contaminantes quedan atrapados en el basurero. La contaminación degrada el entorno, a causa de los olores, la aparición masiva de fauna asociada a los desechos y la incidencia en la vegetación del entorno.

Los basureros tienen una vida limitada, ya que cuando están llenos no es posible seguir utilizándolos sin que se generen procesos de descontrol. Es habitual, entonces, sellarlos, cubriéndolos con grandes capas de arcilla que garantizan que no habrá derrames, y plantando encima especies vegetales especializadas en fijar los elementos contaminantes. Frecuentemente también se diseminan bacterias que procesan los elementos más peligrosos. Todo es genera metano, para el cual hay que dejar tubos de salida, puesto que de lo contrario explotaría. En cantidades suficientes el metano se puede comercializar.

Otra posible solución es la incineración de los residuos. Con ello se consigue la reducción del volumen, y facilita su gestión. Pero la incineración tiene otros problemas. Para empezar las basuras heterogéneas, al quemar, generan dioxinas, muy perjudiciales para la salud, y demostradamente cancerígenas. Además, la fusión de elementos heterogéneos puede provocar la aparición de sustancias nuevas e incontrolables.

Estos dos son los principales destinos finales de la basura, pero también podemos abordar una gestión responsable de la basura.