La contaminación
Uno de los problemas más graves de nuestro mundo es la contaminación. La contaminación es la introducción en el medio natural de residuos, por encima de la capacidad de la naturaleza para eliminarlos. No se trata, pues, de qué contaminante, sino de cuánto. Por supuesto, la capacidad de la naturaleza para reabsorber residuos es diferentemente dependiendo de cuál se trate, y por lo tanto tiene mayor capacidad con basuras orgánicas que con detergentes, o residuos radiactivos, por ejemplo. Son menos biodegradables.
Un medio contaminado provoca graves desequilibrios en los ecosistemas, hasta el punto de que puede hacerlos desaparecer. Si el ser humano explota algún recurso de ese ecosistema corre el riesgo de perderlo. Desde el punto de vista geográfico los tres medios que se pueden contaminar son: el agua, el aire y el suelo.
La contaminación del agua
El agua es un recurso esencial para la vida humana y el funcionamiento de las sociedades. De toda el agua que hay en la Tierra sólo una poca es útil para el ser humano, y sólo una pequeña parte es accesible a una sociedad concreta. En nuestras sociedades urbanas el consumo de agua por habitante es muy superior a lo que la naturaleza requiere. El consumo personal de agua para usos higiénicos, para el adorno de las ciudades y limpieza de las calles contamina mucha más agua de la necesaria. No obstante, la mayor parte del agua, hasta el 80% se utiliza por la agricultura. El uso excesivo de productos fitosanitarios contamina el agua de regadío inutilizándola para otro aprovechamiento. La industria contamina un 14% del agua, pero sus contaminantes son mucho menos biodegradables. Lo mismo ocurre con el agua urbana, que supone el 6% restante. Estas aguas deben de sufrir un proceso de depuración antes de volver al medio natural.
También hay que tener en cuenta que las malas canalizaciones pueden hacer perder hasta el 40% del agua embalsada. Y peor es cuando esas malas canalizaciones afectan a aguas que, debiendo ir a una depuradora, terminan vertiéndose incontroladamente en el medio. Los agentes contaminantes del agua alcanzan el mar canalizados a través de los ríos.
La contaminación del aire
La contaminación del aire es muy sencilla. La quema de cualquier producto, o la suelta de cualquier gas contamina el aire. No obstante, el problema de la contaminación del aire comienza con la quema de los combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas. La quema de productos vegetales libera contaminantes que las plantas habían absorbido antes, y volverán a reabsorber manteniendo el equilibrio.
La contaminación del aire afecta, principalmente, a los lugares de origen, fundamentalmente las ciudades y las industrias, pero por medio de los vientos se expanden por todo el globo, afectando a todo el mundo. Son los responsables del calentamiento global que se está manifestando en el planeta.
La contaminación del suelo
El suelo es otro de los medios que se pueden contaminar, pero las formas de contaminación son más complejas. En un primer momento el suelo se contamina por el vertido de sustancias nocivas procedentes de la industria o el medio urbano, principalmente. Se trata de una contaminación muy localizada e intensa. También la agricultura, con el uso excesivo de abonos puede contaminar el suelo. A esto hay que sumar deforestación y los incendios.
Otros tipos de contaminación
Pero existen otras formas de contaminación relacionadas con el uso que las sociedades hacen del espacio geográfico. Se puede considera contaminación cualquier uso excesivo del espacio de tal manera que impide su funcionamiento normal. Entre estos tipos de contaminación está la urbanización incontrolada, los atascos en las ciudades, las dificultades para la movilidad, los ruidos, la contaminación lumínica que impide ver el cielo nocturno, etc.