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Países Bajos: Relieve

Publicado por Santiago

Commons Wikimedia: Ortoimagen de los Países BajosEl relieve de los Países Bajos es falsamente uniforme. Se trata de una gran llanura de inundación en la que se han depositado derrubios aluviales procedentes de algunos de los ríos más importantes de Europa, y de la demudación de las morrenas glaciares que cubrieron el norte del continente durante la última glaciación. Pero esos depósitos no son uniformes, y consiguen diferenciar distintos paisajes.

A lo largo de la historia, el paisaje de los Países Bajos ha sido moldeado por diversos procesos geológicos y actividades humanas. Las glaciaciones desempeñaron un papel significativo, dejando su huella en la forma de morrenas y depósitos arenosos. Sumado a esto, los ríos, con su constante deposición de sedimentos, contribuyeron a la formación de llanuras fértiles. La intervención humana también ha sido considerable desde tiempos medievales, cuando comenzaron a construirse diques y pólderes para controlar el agua.

La primera diferencia clara se encuentra entre el oeste y el este del país. Es el oeste, salvo la barra costera exterior, el que está por debajo del nivel del mar. Existe una línea divisoria entre Utrecht y Nimega que separa los depósitos glaciares, al norte, de los aluviales del sur. Al norte aparecen colinas arenosas y fondos arcillosos entre los que se encuentran grandes bloques de piedra, llegados allí en el interior de una desaparecida lengua glaciar.

La gestión de tierras en los Países Bajos ha sido transformada por innovaciones tecnológicas que permiten mantener su relieve. La construcción de diques y barreras antitemporales ha sido esencial en la lucha contra las inundaciones. Además, la ingeniería avanzada ha facilitado la creación de pólderes, ampliando así la cantidad de suelo cultivable y habitable mediante técnicas de drenaje altamente efectivas.

Podemos diferenciar cinco grandes unidades paisajísticas.

Los paisajes arenosos interiores, que ocupan las zonas del sur y el este. Aquí predomina la arena, que no es propicia para el desarrollo de grandes formaciones vegetales. Son producto de la demudación de morrenas y aparecen bloques erráticos, transportados por los glaciares. La topografía no es totalmente llana, si no que se resuelve en una serie de colinas de escasa altitud, las colinas de Veluwe y Utrecht.

Los paisajes dunares de la costa, que forman el amplio cordón costero que separa el mar de las tierras bajas. Se producen por los aportes arenosos de los grandes ríos, en equilibrio con la fuerza del mar que impide su dispersión por el fondo marino. Son de vital importancia para el país, ya que no sólo impiden que el mar invada las tierras bajas, si no que filtran el agua garantizando el agua dulce en el interior.

La gestión de los paisajes dunares implica un desafío continuo para mantener el equilibrio ecológico. Las dunas actúan como barreras naturales contra el avance del mar y son importantes para la biodiversidad local. Las estrategias de conservación buscan minimizar el impacto humano, protegiendo los hábitats de especies únicas que dependen de estos ecosistemas.

Los paisajes sedimentarios aluviales, que se extienden al suroeste (Zelanda) y en los golfos marinos ganados al mar, en el norte. Son la base del suelo de los pólderes. También aparecen en los márgenes de los ríos que atraviesan el país.

Las turberas, que aparecen sobre algunos fondos marinos arcillosos polderizados y puestos en explotación para aprovechar la turba como recurso. También aparecen en el noreste del país, sobre zonas pantanosas de origen periglaciar. Son las colonias de turberas de Gróninga y Drenthe.

Estos diversos paisajes sustentan una rica biodiversidad. En las turberas, se pueden encontrar plantas carnívoras y especies de aves específicas que dependen de este raro entorno. Las dunas costeras también son hogar de una variedad de flora y fauna adaptadas a condiciones difíciles, mientras que los pólderes ofrecen zonas de anidación importantes para aves migratorias.

La meseta calcárea del sureste. La existencia de caliza es una excepción en los Países Bajos. Forman el borde occidental del país, en torno a Maastricht. Se trata de un suelo calizo recubierto de loes, continuación del relieve belga. También aparecen los últimos vestigios del macizo de las Ardenas.