El relieve
Dentro del paisaje el relieve tiene una función dominante. De cómo y porqué se forma el relieve, y de cómo funciona se encarga la Geomorfología; es decir la forma (morfología) de la tierra (geo). A pesar de la variedad irrepetible de las formas del relieve, todas ellas se pueden sintetizar en unas pocas características comunes. Estas características son las que forman las grandes unidades de relieve, pero también es necesario estudiar cómo se hace el contacto entre unas otras.
Las formas de relieve, a diferencia de los elementos del paisaje de origen humano, necesitan de largos períodos de tiempo para formarse: el tiempo geológico. El tiempo geológico se manifiesta en millones de años; en cientos de miles como muy rápido. Son en estos períodos en los que los agentes erosivos: la meteorización, el transporte y la deposición, pueden modificar notablemente la disposición original del relieve.
En la formación del relieve intervienen todos los elementos de la naturaleza: los movimientos de la litosfera, la atmósfera, la hidrosfera y la biosfera, en la que hay que incluir las importantes modificaciones que el ser humano puede incluir en el relieve.
En Geomorfología se diferencian tres ámbitos de estudio:
1.- La Geomorfología estructural, que es la que trata de la litología y la tectónica; es decir de la naturaleza de la rocas que forman el relieve, y de los movimientos en el planeta que las deforman y las organizan para construir montañas, llanuras, litorales, etc.
2.- La Geomorfología dinámica, que es la que se ocupa de los procesos elementales de erosión y de su naturaleza, así como de los grandes agentes de transporte. Así, estudia cómo y porqué la atmósfera, el agua, el hielo y los demás agentes modifican la disposición y los detalles de las rocas dándoles el acabado final. Estos agentes pueden transformar la estructura inicial del relieve de tal manera que terminan por «darles la vuelta».
3.- La Geomorfología climática trata de la influencia del clima en la formación del relieve. Ya no se trata de estudiar la influencia de la atmósfera, el agua, el hielo por separado, sino actuando en conjunto, como un auténtico clima, de tal manera que, dependiendo del clima, pueden influir en las formas del relieve de manera diferente.
Estos tres ámbitos incluyen el estudio de todos los elementos del relieve, aunque los fenómenos que conforman el relieve litoral suelen estudiarse por separado.
La disposición de las montañas, las llanuras, las mesetas, la forma de los continentes, los mares y océanos, no es casual. Las líneas generales responden a unos pocos fenómenos bastantes sencillos pero que tienen la dificultad de que, por los largos tiempos en los que actúan, no son perceptibles a la experiencia humana. Esta es la causa de que sea necesario usar métodos indirectos y métodos deductivos para comprender la naturaleza del relieve que se nos presenta ante los ojos. En general, la estructura básica del relieve responde a un paradigma científico llamado tectónica de placas. La tectónica de placas es la teoría científica que con mayor sencillez explica todos los elementos del paisaje.
Muchos de los elementos del paisaje, sobre todo los que responden a retoques de la estructura básica, son independientes de la escala; es decir el aspecto de conjunto que presentan es el mismo en las grandes extensiones de centenares de kilómetros, que en pequeños detalles de unos pocos metros. Gracias a este carácter del relieve es posible encontrar en el entorno próximo muchos ejemplos de lo que son los grandes relieves.