China: Estructura urbana y poblamiento
China es un país muy poco urbanizado. Su modelo de revolución socialista se fundamentaba en un modelo de sociedad agrícola que estuvo vigente hasta la mediados de la década de 1980. Desde entonces han aparecido fenómenos migratorios que han trastocado la estructura urbana del China, y que continúan en la actualidad. Menos del 50% de la población es urbana; esto admitiendo las estadísticas chinas, que consideran urbana una amplia zona periurbana, con claras funciones rurales. En esta situación tiene mucho que ver la política de las autoridades, que son las que deciden la movilidad de las personas. No obstante, el proceso de urbanización ha sido progresivo, desde 1970, cuando sólo el 17% de la población era urbana. Este proceso implica un proceso migratorio que mueve a millones de personas, al calor de la liberalización económica, y que potencia las zonas más desarrolladas.
El hábitat rural chino está condicionado por las necesidades de la revolución socialista. A pesar de esto no es posible de hablar de un hábitat rural único, pero sí que en todas partes se encuentran los mismos condicionantes. Los grandes ríos y las llanuras de inundación son la localización referente de los pueblos chinos, debido a su ocupación preferente en la agricultura arrozera de tipo asiático. El bosque tiene una importancia vital para la subsistencia de la aldea china.
La aldea china se construye sin plano, aunque se tiende a la regularidad. La casa típica, especialmente en las zonas más pobladas del este y el sur, son de madera, construidas sobre un pedestal, sin estancias funcionales determinadas, y sin servicios higiénicos privados. Tienen un espíritu comunitario, muy acorde con los ideales de la revolución maoísta impuesta. Desde la década de 1990 los avances modernos están llegando al mundo rural, pero aún de manera insuficiente, y sólo en los más cercanos a las ciudades.
La casa rural ha recuperado un pequeño huerto cultivado para autoconsumo, aunque la prioridad sigue siendo el cultivo común de la tierra del pueblo, de propiedad comunal.
En China, a pesar de ser un país muy poco urbanizado, existen más de 50 ciudades que superan el millón de habitantes, y más de 130 que superan el medio millón. Las ciudades más pobladas son:
* Shanghai, 15.968.867 h, provincia de Shanghai
* Pekín, 7.817.968 h, provincia de Pekín
* Chongqing, 4.579.725 h, provincia de Chongqing
* Xian, 4.445.222 h, provincia de Shanxi
* Wuhan, 4.303.340 h, provincia de Hubei
* Chengdú, 3.916.581 h, provincia de Sichuan
* Tianjin, 3.666.320 h, provincia de Tianjin
* Shenyang, 3.543.444 h, provincia de Liaoning
* Harbin, 3.363.096 h, provincia de Heilongjiang
* Nanjing, 3.320.712 h, provincia de Jiangsu
* Guangzhou, 3.103.466 h, provincia de Guangdong
* Taiyuan, 2.786.596 h, provincia de Shanxi
* Changchun, 2.750.684 h, provincia de Jilin
* Shijiazhuang, 2.319.694 h, provincia de Hebei
* Changsha, 2.267.008 h, provincia de Hunan
* Jinan, 2.191.110 h, provincia de Shandong
* Dalian, 2.158.193 h, provincia de Liaoning
* Jilin, 2.150.510 h, provincia de Jilin
* Nanchang, 2.092.603 h, provincia de Jiangxi
* Zhengzhou, 2.010.992 h, provincia de Henan
En China no se da la macrocefalia que vemos en los países subdesarrollados, aunque son las autoridades quienes deciden dónde vive la población, hasta el punto de que para moverse por el país se necesita un «pasaporte» interno, que es el que da derecho a asentarse en otra ciudad y poder acceder a los servicios públicos: sanidad, educación, etc. Sin él los los emigrantes no tienen derechos dentro de su propio país, dejándolos en situación similar al de los inmigrantes sin papeles de los países ricos.
La red urbana está muy mal estructurada. Las ciudades medias son las capitales de cada provincia, pero con frecuencia su ámbito de influencia no llega a cubrir todo el territorio asignado. La existencia de ciudades medias es producto de la voluntad de las autoridades, y no cubren las necesidades de movilidad de la población. Tratan de ordenar las necesidades del mundo rural inmediato, gracias a un amplio programa de desarrollo.
Las ciudades chinas tienen un pequeño núcleo histórico, que tiende a desaparecer, pero la configuración actual de las ciudades tiene que ver, sobre todo, con la Revolución, es decir, la inexistencia de especulación del suelo, y una planificación ajena a las necesidades de habitación, y más que ver con la producción de las fábricas. Las modernas ciudades chinas se caracterizan por espectaculares barrios modernos y funcionales pero con muy pocos servicios para las personas. Aparecen, sobre todo, en torno a los grandes centros fabriles y financieros, en las ciudades en los que los hay. El centro urbano sólo está presente en las ciudades más grandes y occidentalizadas.
En los últimos años, China ha experimentado un boom en la construcción de infraestructuras urbanas. Se han construido nuevas carreteras, puentes, aeropuertos y estaciones de tren, lo que ha permitido un mayor flujo de personas y mercancías entre las ciudades. Además, se han creado nuevas zonas industriales y tecnológicas, lo que ha atraído a más empresas y trabajadores a las ciudades.
Sin embargo, este rápido desarrollo también ha traído consigo problemas. El crecimiento urbano descontrolado ha llevado a la degradación del medio ambiente, con la contaminación del aire y del agua como principales problemas. Además, el rápido crecimiento de la población urbana ha llevado a la escasez de viviendas asequibles, lo que ha provocado un aumento en los precios de la vivienda.
A pesar de estos desafíos, el gobierno chino está tomando medidas para mejorar la calidad de vida en las ciudades. Se están implementando políticas para reducir la contaminación, como la promoción de vehículos eléctricos y la construcción de plantas de energía limpia. También se están llevando a cabo proyectos de vivienda asequible para ayudar a aliviar la escasez de viviendas.
En cuanto a la estructura social de las ciudades chinas, se está produciendo un cambio gradual. Aunque la mayoría de la población sigue siendo rural, cada vez más personas se están mudando a las ciudades en busca de mejores oportunidades de empleo y educación. Esto está llevando a un cambio en la composición demográfica de las ciudades, con una creciente clase media urbana.
En resumen, la urbanización en China es un proceso en constante evolución, con desafíos y oportunidades únicas. A medida que el país continúa desarrollándose, es probable que veamos más cambios en la estructura y el funcionamiento de sus ciudades.