Geografía

Mar de Aral

Publicado por Daniel Terrasa

A pesar de su nombre, el Mar de Aral no es un mar, sino un gran lago salado del interior de Asia Central. que se ubica sobre la frontera de Kazajistán y Uzbekistán.

A mediados del siglo XX era el cuarto lago más grande del planeta, llegando a alcanzar una superficie de 60.000 kilómetros cuadrados. Hoy ha quedado reducido a apenas un 8-10% de su tamaño original, resultado de uno de los mayores desastres medioambientales de los últimos cien años.

La depresión del Mar de Aral se formó hace unos 3 millones de años y a lo largo del tiempo ha recibido el flujo combinado de los ríos Sir Daria y Amu Daria los cuales mantuvieron sus nivel de agua más o menos estable hasta la década de los 60 del siglo XX.

Su nombre deriva de la palabra kirguiz Aral-denghiz, que significa «mar de islas». Y es que hasta hace sólo unas décadas este lago contaba con cerca de un millar de pequeñas islas esparcidas por su superficie.

Este lago se encuentra en una región de clima desértico-continental con una amplitud térmica muy marcada. Los inviernos son muy fríos, los veranos muy calurosos y las precipitaciones muy escasas (apenas 100 mm al año).

Hasta hace sesenta años, los factores más importantes que afectaban el balance hídrico del mar de Aral eran las aportaciones fluviales de los dos grandes ríos antes mencionados y la tasa de pérdida de agua por evaporación. Este balance estaba equilibrado y el nivel se mantenía estable con leves variaciones.

La desaparición del Mar de Aral

El Mar de Aral fue un lago interior ubicado dentro del territorio de la Unión Soviética hasta el año 1990. Durante este tiempo, especialmente a partir de la década de los años 60 del siglo XX, se tomaron una serie de decisiones que afectarían gravemente su conservación: el curso de los ríos Amu Daria y Sir Daria fue desviado y su agua usada para regar los cultivos de territorios que hoy forman parte de Uzbekistán, Kazajstán y Turkmenistán.

A consecuencia de estas intervenciones, el nivel de las aguas del Mar de Aral descendió de forma drástica y su superficie se redujo de forma paulatina e irreversible, pues el agua perdida de evaporación ya no se compensaba con las aportaciones fluviales.

En 1989, el Mar de Aral se había desecado hasta el punto de quedar dividido en dos lagos: el Aral mayor al sur y el Aral menor al norte. Además, la tasa de salinidad se había multiplicado en medio siglo. En 1994, los principales estados de la región (Kazajistán, Turkmenistán, Uzbekistán, Kirguistán y Tayikistán) acordaron un programa para salvar el Mar de Aral, aunque con pobres resultados.

El deterioro del Mar de Aral continuó de forma inexorable. La construcción de la represa de Kok-Aral en 2005 sólo sirvió para estabilizar los niveles del Aral menor.

Desastre ecológico

La rápida contracción del mar de Aral ha causado un importante daño medioambiental en la región. El aumento de la salinidad provocó que el agua dejara de ser potable a mediados de los años 80, lo cual feu la causa de la desaparición de los peces que históricamente habían habitado el lago: esturiones, carpas, barbos y otras especies. Al mismo tiempo, la industria pesquera desapareció: los puertos de Aral en el noreste y Mŭynoq en el sur quedaron demasiado alejados de la línea de costa, siempre en regresión.

La desecación ha afectado también la climatología local, actualmente más severo al faltar el efecto regulador de una gran masa de agua que ya no existe.

Además, la población de la región se ha visto afectada por una serie de problemas de salud derivados también de la desaparición del mar de Aral: los vientos que barren el lecho marino forman grandes tormentas de polvo contaminado con sal, fertilizantes y pesticidas, causantes de enfermedades de las vías respiratorias y afecciones renales. La mortalidad infantil en la región se encuentra entre las más altas del mundo.