Polinia
Se denomina polinia a una superficie de agua a cielo abierto que está rodeada de hielo marino. Este término geográfico se utiliza para referirse especialmente a las zonas del Ártico y de la Antártida que persisten sin hielo durante la mayor parte del año.
El origen del término proviene de Rusia Полынья (polynye) que significa “agujero en el hielo”. Ya en el siglo XIX fue adoptado por los exploradores para describir los sectores de mar sin hielo y en consecuencia, navegables, en la región.
La formación de polinias se puede deber a dos factores:
– factor termodinámico: que sucede cuando la temperatura de la superficie del agua no alcanza el punto de congelación, generalmente debido a la surgencia de agua a altas temperaturas en la zona que disminuye la formación de hielo o, incluso, puede llegar a evitar por completo su formación. Esta polinia se denomina polinia sensible al calor (en inglés, Sensible Heat Polynya).
– factor catabático: se produce por la influencia del viento catabático o por las corrientes marinas, que empujan el hielo lejos de la zona de hielo permanente. Esta polinia, que suele llamarse de calor latente, se genera cuando la capa de hielo que se acumula durante el primer año, que se encuentra a la deriva, es empujada lejos de la costa, dejando así una zona de aguas sin hielo, propensas a formar nuevas capas. Esta nueva capa de hielo es a su vez empujada por acción de los vientos hacia donde se encuentra el hielo acumulado durante el primer año, donde se instala dentro de esta barrera. Por lo tanto, la polinia de calor latente es el espacio de agua comprendido entre la orilla y la barrera de hielo producida durante el primer año.
La polinia de calor latente se encuentra en regiones de gran producción de hielo y, en consecuencia, son zonas en ambos polos donde se concentra gran cantidad de agua dulce. La elevada cantidad de hielo que producen estas polinias deja una importante porción de agua salada en la superficie del agua, que luego al hundirse se mezcla con el resto, posibilitando así la formación de nuevas aguas. Aún está en estudio si las polinias que se encuentran en el Ártico pueden producir agua densa suficiente para provocar la circulación termohalina.
Ciertas polinias (como por ejemplo, la polinia de North Water en Canadá), son estacionales ya que cada año se forman a la misma hora y en el mismo lugar. Como los animales tienen la capacidad de adaptarse a esta periodicidad, estas polinias son especialmente analizadas ecológicamente: en invierno, algunos de los mamíferos marinos (como la morsa, la beluga o el narval) se abstienen de emigrar y permanecen allí; en primavera, la fina capa de hielo o la ausencia de esta permite que la luz solar penetre hasta el fondo, favoreciendo el desarrollo de microalgas, básicas en la cadena alimentaria del mar. Es por esto que se estima que las polinias son ámbitos en los que se encuentran una gran variedad de herbívoros planctónicos que, a su vez, transfieren la energía solar (cadena trófica) transmitida por las microalgas planctónicas a los pinnípedos, al bacalao del ártico, a las ballenas y los osos polares.