El teletrabajo y su impacto en el espacio geográfico
Hemos visto en otros artículos el impacto que en el espacio geográfico tiene la difusión de las nuevas tecnologías; para terminar estas reflexiones abordaremos no una nueva tecnologías si no el cambio que muchas de ellas combinadas permiten en las relaciones laborales y sociales, y sus consecuencias geográficas, más concretamente el teletrabajo.
El teletrabajo, posible gracias a la informática, Internet y la telepresencia, permite realizar las tareas laborales de ciertas profesiones desde el domicilio, o cualquier otro punto con conexión a la red. Cuando hablamos de teletrabajo no nos referimos a la prestación de servicios a distancia, es decir el trabajo de un autónomo que realiza un servicio y se lo envía al interesado por medios telemáticos, si no al trabajo de un asalariado dentro de una empresa; es decir tendremos de un lado la empresa, la organización empresarial y la relación laboral del asalariado, y de otro, lo nuevo, la realización de las tareas que le corresponden al asalariado fuera del centro de trabajo. Es una estructura diferente al trabajo en el domicilio clásico, donde se hacían mercancías; aquí se trabaja con información y conectado directamente a la empresa.
La red es condición esencial para la existencia del teletrabajo. No sólo nos referimos a la red de Internet, que da acceso en cualquier punto, si no también a la existencia de una red interna de la empresa, con un servidor central al que se puedan conectar todos los terminales. Además, dentro de esta intranet se debe permitir un diálogo entre terminales con el fin de que varios trabajadores que estén operando sobe un mismo proyecto no se superpongan o se anulen. Debe existir, así, un centro coordinador donde alojar los ordenadores y a los que lleguen redes de acometida de información con suficiente capacidad para todos.
Una empresa que tenga la mayoría de sus trabajadores en teletrabajo se puede ahorrar muchos costes, sobre todo en cuanto a la ocupación física del espacio se refiere. La productividad del metro cuadrado aumenta espectacularmente, y puede acceder a lugares centrales de la ciudad, donde conseguir publicidad de posición, sin alquilar grandes superficies.
Uno de los cambios más evidentes que se producen con el teletrabajo es la relocalización del lugar de producción. Esto implica que no son necesarios los desplazamientos. Se descongestiona el tráfico y se reduce la necesidad de energía, y por lo tanto de contaminación. El trabajador puede decidir ubicarse en entornos más amables que los de las ciudades, incluso rurales. El consumo de sus necesidades básicas se localiza más cerca de su lugar de residencia, y dispone de más tiempo de ocio, demandando servicios nuevos, al no emplear tiempo en los desplazamientos. No obstante, puede conservarse cierta capacidad presencial en la empresa para resolver determinados asuntos, aunque no es necesario.
Es claro que el teletrabajo permite una reruralización de las sociedades desarrolladas, y esto implica que los pueblos se doten de una infraestructura nueva para atender a la gente que vive en el campo pero no vive de él. Se conseguiría así, la terciarización del mundo rural. Se crean, de esta manera, modelos de convivencia similares a los urbanos, pero con contingentes de población mucho más pequeños.
Esto nuevos habitantes habrán de ser más activos en lo que se refiere a las condiciones sociales y naturales de su entorno, por lo que el control social de lo que se hace en las regiones más despobladas aumentará, precisamente al dejar de estar tan despobladas. Zonas rurales ligeramente más pobladas necesitarán de una redefinición de la política de ubicación de servicios públicos (espacios educativos, de ocio, sanitarios, etc.) y privados, lo que redundará en un aumento de sus puntos de acceso y una mayor descongestión de los sistemas. Esta reubicación de los servicios implica, también, una relocalización de los trabajadores que los atienden, aumentado los efectos.
El teletrabajo es técnicamente posible para todos aquellos cuyas tareas dependan de la gestión de la información. Es una realidad en los proyectos colaborativos de Internet del tipo Wiki-Wiki, el software libre, blogs y redes sociales, creados, gestionados y desarrollados íntegramente por medios telemáticos de ámbito mundial. En las universidades está plenamente implantada la posibilidad de seguir los estudios de manera semipresencial y a distancia, cuando antes de la revolución de Internet la enseñanza a distancia estaba reservada a ciertos centros especializados.
Los beneficios son claros, y sus consecuencias sobre el espacio geográfico también, aunque pueden ser impredecibles. Si el teletrabajo no está más extendido se debe a la inercia de las relaciones laborales clásicas. El cambio de política de la empresa ha de ser previo a la transformación del espacio para que las nuevas relaciones laborales sean coherentes.