África: economía y población
Salvo enclaves muy pequeños y determinadas regiones de Sudáfrica, África es por completo un continente subdesarrollado. Lo más llamativo de la economía africana es su desintegración. No responde las necesidades de su población, se produce para la exportación a los países ricos, por lo que las comunicaciones entre países es muy pobre. Predomina la actividad extractiva y agrícola, en buena medida depredadora con el medio.
En África conviven dos tipos de economía una tradicional y de subsistencia, y otra capitalista dirigida la comercio internacional. Los enclaves más desarrollados suelen estar en la costa, en torno a los grandes puertos y en las regiones ecológicamente favorables para las plantaciones, además de en las zonas mineras.
La agricultura es el principal sector de actividad en África. La agricultura africana se debate entre dos modelos: el tradicional de subsistencia y el de plantación. La titularidad de las plantaciones ha cambiado de mano tras la independencia; y están en manos autóctonas. Esto obliga a asumir los riesgos de un fracaso en la obtención del producto.
La ganadería es otro de los recursos tradicionales de la economía africana; sin embargo, en gran parte de África, fuera de la sabana, no existen pastos. No obstante, es una ganadería muy local.
La pesca es un recurso tradicional muy extendido, sobre todo la pesca en ríos y lagos, pero apenas supone nada en la economía de los países. Sin embargo, en África están algunos de los bancos marinos más ricos del mundo, como los de la costa mauritana, pero están explotados por flotas extranjeras.
La minería y la silvicultura son dos actividades extractivas de gran importancia económica, ya que sus productos están destinados a la exportación. Son las grandes empresas las que controlan esta actividad. En general los productos que extraen son de alto valor añadido.
De África se extrae: hierro, manganeso, cobre, petróleo, gas natural, bauxita, uranio, oro, diamantes, etc.
También se explotan los árboles de maderas tropicales exóticas. El bosque ecuatorial es esquilmado y arrasado en busca de ciertos árboles.
La industria africana está muy poco desarrollada. Gran parte de la industria se dedica a la producción de bienes de poco valor añadido. La mayor parte de las industrias, salvo en Sudáfrica, son de capital extranjero.
Las comunicaciones en África son difíciles y escasas. La infraestructura viaria, en gran medida, está abandonada desde los tiempos coloniales, faltan inversiones para mantenerlas y crear otras nuevas. En general, las comunicaciones con el interior son muy malas pero mejoran en cuanto comunican las regiones productoras y mineras con la costa.
Amplias zonas de África se encuntran en guerra más o menos intermitentemente, o están bajo dictaduras poco estables o regímenes islámicos. Las inversiones en África tienen muy pocas garantías.
La población en África está muy irregularmente repartida. La mayor parte del continente es un auténtico desierto demográfico. El delta del Nilo, la cuenca baja del Níger, la región de Johannesburgo-El Cabo, y las grandes ciudades capitales de país, son las zonas más densamente pobladas.
Existen enormes diferencias entre ricos y pobres dentro del mismo país, lo que genera desigualdad y violencia social. Las enormes diferencias sociales y entre regiones hace que la emigración sean una constante en África. Están provocadas por el hambre, la miseria, la falta de recursos, o son forzosas a causa de la guerra. Se emigra es del campo a las ciudades capitales, y luego, si es posible, a Europa.
Las ciudades más grandes de África son:
*El Cairo, 15.900.000 h (Egipto),
*Lagos, 13.400.000 h (Nigeria),
*Kinshasa, 7.500.00 h (Congo),
*Casablanca, 5.000.000 h (Marruecos),
*Ibadan, 3.900.000 h (Nigeria),
*Johannesburgo, 3.500.000 h (Sudáfrica),
*El Cabo, 3.000.000 h (Sudáfrica),
*Luanda, 2.776.168 h (Angola),
*Nairobi, 2.750.561 h (Kenia) y
*Jartum, 1.000.000 h (Sudán).