Los sistemas agrarios tradicionales
Es un poco excesivo hablar de la agricultura tradicional como un único conjunto, ya que lo que define a estos sistemas es su variedad. Cada cultura concreta su relación con el mundo rural de una manera propia y definitoria, y que configura un paisaje característico. Sin embargo, existen algunas características comunes a todas ellas.
La característica común más relevante es el retraso técnico y tecnológico. Esto se traduce en la necesidad de mucha mano de obra y el uso preferente de aperos de labranza no mecánicos.
La agricultura tradicional, hoy en día, es de subsistencia, es decir, se consume todo lo que se produce y se dedica al gasto familiar gran parte de lo cultivado. Muy poca parte de la producción va al mercado, y en todo caso es un mercado local.
Más de un quinto de la humanidad basa su economía en la subsistencia. Es un tipo de agricultura propia de los campesinos pobres en los países subdesarrollados. Estas son personas que no pueden acceder a los avances de la Revolución verde, debido a que requiere de unas inversiones que no pueden hacer. Por otra parte, llegan al mercado de sus países productos más baratos que los suyos; procedentes de los países ricos.
El sistema tradicional más simple es el de los pueblos de cazadores y recolectores. Se trata de un sistema preneolítico de explotación del territorio. Hoy en día sólo permanece entre ciertos pueblos de la selva ecuatorial de África y América.
Uno modelo algo más complejo es el de la agricultura y la ganadería nómada o seminómada. Se considera que surge en los primeros tiempos del Neolítico, y requieren sociedades más organizadas. Hoy es día sólo lo practican unos pocos pueblos en Mongolia y en las grandes sabanas de África.
La agricultura itinerante o cíclica está algo más extendida. Se diferencia con la nómada en que se vuelve reiteradamente sobre las mismas tierras. El tiempo en el que no están en producción se denomina barbecho. Requiere de gran cantidad de tierras y se cultivan con aperos de labranza muy elementales: hacha, azada, bastón, etc. El método fundamental de preparación del terreno que se va a cultivar es el de fuego y roza. La podemos encontrar en las grandes sabanas de África. En este tipo de agricultura la ganadería es esencial, ya que proporciona los abonos y se aprovechan las tierras que quedan en barbecho.
En estos modelos la propiedad del suelo suele ser comunal, porque que todos participan de las tareas agrícolas de manera similar, aunque también, haya propiedad privada.
Otro modelo de producción tradicional es el del arrozal asiático, que es un caso de agricultura tradicional intensiva. El arrozal asiático se extiende por todo el sudeste asiático y China. Requiere de mucha mano de obra y está muy poco mecanizado. Es el sistema que mantiene la economía de un mayor número de personas. Además, por su carácter intensivo es el que ha transformado el paisaje de una manera más radical.
Existe otro modelo de agricultura tradicional intensiva, que es el de los oasis de los desiertos del norte de África y el Cercano y Medio Oriente. El suelo cultivable es muy poco, y el agua escasa. Precisa de sociedades muy organizadas.
La agricultura tradicional tiende a desaparecer, debido al impacto de la Revolución verde. Pero se mantiene porque, al fin y al cabo, está orientada al mercado local, y no a la exportación, como ocurre con los grandes proyectos agrícolas, con la agricultura de plantación.